Señoras feministas: convenzan ahora a los sin estudios ni trabajo, los ni-nis de ambos sexos sin expectativas, de que un mundo gobernado por mujeres sería mejor para ellos que en el regido por hombres.
Háganles oír a la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica Oriol, al afirmar la semana pasada que “los que no valen para nada”, “los que nunca han producido”, no merecen los 645 euros mensuales del salario mínimo legalmente establecido, si consiguen su primer trabajo.
Una declaración implacable que ella justifica porque los ni-nis, cuando tienen que buscarse la vida, no merecen igual retribución que quienes se esforzaron antes.
Conste que se limitó a recordar un dogma marxista: “A cada cual según su capacidad y a cada uno según su trabajo” (Crítica al Programa de Gotha, Marx, 1875).
La señora Oriol, una dura empresaria bilbaína, presidenta de Seguriber y consejera de Indra, es hostil a la discriminación positiva por cuotas femeninas.
Sobrevive con la ferocidad de los directivos que rentabilizan las empresas que le dan trabajo a miles de personas de cualquier sexo, que luchan para cobrar salarios de acuerdo con su capacidad y trabajo.
Todo el mundo ha atacado a Oriol tachándola de capitalista infame, y fue tal el acoso mediático que tuvo que pedir perdón y humillarse por sus palabras.
Pero esas frases han dejado dos grandes lecciones, una dirigida a los ni-nis, y otra a quienes quieren presentar a las mujeres como víctimas perennes del machismo y de la segregación sexual.
A los ni-nis les advirtió: Estudiad y/o sed productivos, o viviréis en la miseria.
A las mujeres les recomendó: sed como yo, que no necesito cuotas de género ni gónadas para ser la más despiadada número uno de los empresarios.
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SALAS