Mujer de ayer y de hoy (por Ana)

Vaya semana que llevamos con el tema de la igualdad, el machismo rancio y la denigración a la mujer. Hablo, por supuesto, del bocazas del alcalde de Valladolid y sus "divertidos" comentarios acerca de la nueva ministra Leire Pajín de la cual me declaro absolutamente anti fan... pero eso es una cosa democrática y legal (la gente no te tiene porque caer bien y dentro de mi capacidad de juzgar a un político creo que esta mujer no es válida para un gobierno). Pero eso es una cosa y lo otra es media docena. Ser político y cobrar millonadas por ejercer como tal debería conllevar el compromiso de mantener la boquita cerrada aunque por tu mente pasen pensamientos tan machistas, caposos y odiosos como que una chica tiene unos morritos que al mirarlos solo puedes pensar en una mamada... Por dios santo, es que eso no se le ocurre decirlo en público ya ni al más cavernícola de la especie humana... En fin, que esto me ha llevado a pensar que en este país no estamos tan avanzados como yo creía en este tema de la liberación de la mujer y el feminismo bien entendido (que también existe el mal entendido, del que ya hablaré con tranquilidad otro día). Pero mira tú que la vida te va poniendo señales por delante y, cuando ya me había sumido en una tristeza de género sumada a una ira cojonuda, me he encontrado en la peluquería una revista que cumplía 20 años: el Cosmopolitan. Me diréis que hablando de peluquería y revistas de este tipo no le hago ningún bien al concepto que tienen los hombres del género fémenino, pero señores, vamos a la peluquería, aprovechamos para ver estas revistas que nunca compramos y eso no significa que no podemos leer el Wall Street Journal. Bueno, a lo que ibamos, que en dicha revista había un recordatorio sobre reportajes "emblemáticos" que han publicado en estos veinte años (pongo emblemáticos entre comillas porque "cómo hacer llegar a tu chico al séptimo cielo" no creo que sea para un Pullizert) y mis ojillos se han fijado en dos de ellos cuya temática ha saltado fuera de las hojas como en 3d:
1. Reportaje de 1991: ¿Puede una mujer ser feliz siendo soltera?. Hablaban de lo complicado que era en esa época para una mujer no tener pareja, del miedo que tenía toda fémina de no encontrar al hombre de su vida y como poco a poco iba cambiando esa opinión y el ser soltera empezaba a molar.
2. Reportaje de la misma época: ¿Me convertiré en una paria social si me divorcio? Se analizaban las consecuencias negativas, tanto sociales como laborales, económicas y psicológicas a las que se enfrentaban las mujeres al dar este paso, todavía mal visto.
3. Varios reportajes en los que se hablaba del derecho de la mujer al orgasmo, de métodos anticonceptivos (bastante desconocidos) y de cómo una mujer puede disfrutar en la cama.
Conclusión: No estamos hablando de la edad media, estamos hablando de hace 20 años, tiempo suficiente para que hayamos avanzado bastante. Que el divorcio estaba prohibido hasta 1981 y ahora existe el divorcio express. Que nos hemos liberado, somos dueñas de nuestra sexualidad y hacemos lo que nos da la real gana siempre buscando nuestro placer. Que podemos ser madres o no sin que por eso seamos unas excluidas sociales y la gente nos compadezcas por no ser mujeres completas. Además, podemos decidir ser madres solteras teniendo varios métodos a nuestro alcance para conseguirlo. Que vamos ganando muchos puestos en el ámbito laboral, algunas dirigimos departamentes, incluso empresas, estudiamos, nos formamos, exigimos lo mismo que los hombres y poco a poco se va consiguiendo... Cierto es que estamos pagando un alto precio por ello, a menudo nos sentimos engañadas, con la sensación de tenemos que ser supermujeres y fantásticas en todo, seguimos cobrando menos que los hombres por el mismo trabajo (tengo que decir que yo no he vivido esto jamás de los jamases, y no conozco a nadie que le pase, pero si me juran que existen es que así será y yo defenderé hasta la muerte que eso no puede ser) y aún siguen existiendo trogloditas como el "ilustre alcalde de Valladolid" que utilizan los insultos sexistas a la mínima. Contra todo eso hay que seguir luchando y peleando cada uno de nuestros derechos sin desafallecer... Pero creo firmemente que hemos avanzado a gran velocidad y que estamos mucho mejor que las mujeres que leían esos reportajes hace apenas veinte años, mucho mejor que nuestras abuelas e incluso que nuestras madres... ¿o no?