LA LIBERTAD SE APRENDE EJERCIÉNDOLA Clara Campoamor.
Los holandeses han batallado siempre contra el mar. Sus tierras están por debajo del nivel de este, así que se tuvieron que poner las pilas. A grandes males grandes remedios, pensaron. Construyeron una barrera de 300 metros de longitud en el puerto de Rotterdam. Sus dos compuertas se abren y se cierran en caso de tormenta. Para ello usaron 52.000 toneladas de hormigón. De ese modo consiguieron frenar los efectos de las crecidas del agua y así proteger la ciudad de las inundaciones.
Se me hace incomprensible que se puedan poner puertas al mar y que personas tan educadas, civilizadas y con tal progreso técnico, sigamos despreciando la vida y la dignidad de la mujer. Cuando se las asesina o se las violenta estamos dando muestras de nuestra calidad como seres humanos. Personas con derechos reconocidos que no son respetados, son continuamente noticia por la irreponsabilidad de muchos y la dejadez de otros.
Los educadores y los jueces reconocen el problema y dicen que sin el apoyo social y más medios no pueden hacer nada. Los gobiernos alegan que ellos ya legislan y que es un problema de todos y no se solucionará sin medidas radicales. En total, que los unos hacen planes, los otros hablan de derechos y toman decisiones y lo otro: lo obvio, lo lógico, lo normal, queda para los eficaces; esto es: los delincuentes.
Cuando se dice "que algo han ganado" surge la pregunta: ¿a costa de qué? y cuando se afirma "aunque queda mucho por hacer", la pregunta es " ¿a quién?