Entras en el servicio de préstamo de libros digitales de tu comunidad autónoma y empiezas a mirar con los ojos medio cerrados el listado de novedades. Como no recibes notificación de las actualizaciones de catálogo temes que hayan pasado muchos días desde que ocurrió el milagro del añadido de libros que podrás disfrutar de forma gratuita y... ahí está. La mayoría han sido ya reservados. Ahí te quedas tú, con tu cara de ¿por qué no entré antes? Pero hay días que se produce el milagro y deben haberlo actualizado escasos segundos antes y te encuentras, en la misma semana, con la posibilidad de disfrutar, de forma legal y sin que tu estantería caiga ya por su propio peso, de Los Abismos, de Pilar Quintana, Premio Alfaguara de Novela 2021, y de El lunes nos querrán, de Najat El Hachmi, Premio Nadal 2021. Y fruto de esta lectura casual y consecutiva te das cuenta de que los dos libros cuentan una misma historia, la de mujeres que se enfrentan al abismo de las convenciones sociales de su lugar y tiempo, que sienten un terror infinito a mirarse al espejo, porque, por mucho que lo intenten, ni consiguen ser aquello que los demás creen, ni siente un gramo de felicidad ajustándose a los cánones. Y es ahí cuando surge la enfermedad física y mental, cada una de nosotras digiere la frustración como puede, a base de incapacidad para comer o dormir, de ansiedad o depresión. Y todo por no conseguir meter nuestros cuerpos y mentes en los trazos que nos dibujaron cuando éramos chicas. Mira, tú tienes que encajar aquí. Pero resulta que no encajas. Y que no sabes cómo escapar. Y entonces comienzas a andar y te encuentras ante el abismo.
Pilar Quintana narra cómo una niña descubre la historia de varias mujeres de su entorno, que no eran felices, que buscaron caminos alternativos, mientras asiste, aturdida, a las fuertes depresiones que sufre su madre y comienza a mirar, con ojos nuevos, más analíticos, la figura paterna. En Los Abismos la angustia existencial se puede cortar al pasar cada página. También está esa búsqueda de lo que de verdad somos en El lunes nos querrán, aunque, en esta ocasión, es todo menos sólido, parecen trazos que a veces quieren desaparecer, como si el dolor fuera la goma escolar que pudiera borrar los primeros errores que nos llevan hasta la madurez. En la obra de Najat El Hachmi se encuentra una base de las frustraciones femeninas que nada tiene que ver con una cultura o una religión diferentes: las expectativas con las que nos obligan a crecer y el campo de minas en el que se convierten nuestros cuerpos. Ahí comienzan a formarse los abismos.