Ayer iba en el metro leyendo el Manual de Lactancia Materna, y leía ese miedo de las mujeres a no tener leche, a que no sea suficiente, a que no sea buena.... es un miedo generalizado, un terror que invade a muchas mujeres y no las permite escuchar a su cuerpo. Este terror acaba en el abandono prematuro de la lactancia materna.
Leyendo esto, algo que conozco de sobra, algo que he visto en muchas ocasiones, mi cabeza daba vueltas a una idea. Muchas mujeres cuando se quedan embarazadas entran en conflicto, un conflicto que se manifiesta al tener a sus hijos.
Hasta el momento de abordar el papel de madres, muchas mujeres se olvidan de su femineidad, de sus diferentes roles, de su papel de poder respecto a la maternidad. Se convierten en mujeres asexuadas inmersas en un mundo ya sea social, laboral, profesional. Durante siglos el ser mujer y en consecuencia madre, se ha asociado a la discriminación, a tener un menor valor, incluso a la esclavitud. Hemos querido huir tanto de ese concepto que lo hemos dejado aletargado en nuestro interior.
Nuestra sociedad huye del papel de madre. Nos concentramos en la mujer triunfadora, poderosa, capaz, igual al hombre. Nos empeñamos en perder el valor de nuestro sexo, a cambio de una igualdad falsa. Y cuando llega el momento, cuando a pesar del letargo, nuestro instinto aflora y consigue salir a la superficie, cuando el ansia de dar vida y ser madre llama a nuestra puerta, nos sentimos perdidas y desorientadas.
La mujer es un ser casi divino, porque es capaz de dar vida. Y la maternidad implica sexualidad, y eso es lo que queremos tapar y dormir. Y volviendo a la idea que masco desde hace tiempo, me viene de nuevo a la mente la R-evolución, el empoderamiento del sexo femenino. De la maternidad unida a la mujer. Hemos separado ambos conceptos, por absurdo que pueda parecer. En nuestro tiempo mujer ya no implica maternidad, y eso a mi modo de ver, es un error.
En esto, bajo mi humilde punto de vista, flaco favor nos han hecho a las mujeres. Relegar la maternidad como si esto fuera la causa de discriminación, es un error. Pues esto ha traído una serie de consecuencias. Consecuencias que afectan a nuestros hijos. Para conseguir que esas mujeres que se conviertan en madres se despeguen pronto de esos hijos y no caigan en las redes de la maternidad (entendida como algo nocivo y secundario), proliferan los métodos donde se deja llorar a los niños, no se les concede la atención y el apego necesarios, y se prima el bienestar de los padres, más que de los hijos.
La lactancia materna también se ve afectada, lógicamente. Un acto tan maternal y fisiológico se ensucia y se devalúa. Se ensalzan los sustitutivos, la leche de fórmula, los chupetes, los biberones. Porque eso hace que la madre pueda desvincularse antes de su hijo, recuperar la figura y volver antes a la "vida normal", a la "vida antes de ser madre", como si nada pasara. Pero, ¿realmente no ha pasado nada?. ¡¡Nos hemos convertido en madres!!. Se pasa página y se sigue adelante como si nada. No se enseña a las mujeres, no se las instruye, no tenemos los referentes que antaño se tenían, la mujer se enfrenta a la maternidad, al parto y a la lactancia sola y sin saber muy bien cómo actuar.
A las mujeres nos enseñan que los hijos esclavizan, y que es mejor esperar para poder realizarnos. Es mejor esperar, porque somos muy jóvenes. Para tener hijos siempre hay tiempo. No hay que tener prisa..... Y yo pregunto, ¿tan secundario es tener hijos?.
Yo, que me creí muchas de estas cosas, ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba. Tener hijos es lo más hermoso de la vida. El poder del sexo femenino, el empoderamiento de la mujer al dar vida, cuando engendras, cuando sientes dentro a tu hijo, cuando pares, cuando lactas. Eso, todo eso es poder, es amor, es ser mujer.
Ser mujer no es solo ser capaz de llegar tan lejos como un hombre. Ser mujer es mucho más. No quiero ser una mujer asexuada que no piensa en el valor de su femeneidad y su sexo. Quiero ser una mujer concienciada, un mujer sabedora del don que tiene, que es el de ser madre.
Ser madre me ha convertido en otra persona, me ha abierto un mundo maravilloso que me enriquece cada día. Y eso, no lo cambio por nada.