Mujeres débiles VS mujeres fuertes

Hace unos días que ronda por los medios una publicidad de la Junta de Andalucía para hacer visible que del maltrato se puede salir. Obviamente, como cada vez que una de las partes de este nuestro país hace algo, la otra parte ataca.

En este caso, la parte ofendida indica que se banaliza el maltrato porque en las fotos se ve a mujeres sonriendo y con un mensaje que indica «Ella ha sufrido malos tratos, pero la vida es más fuerte». Y también que se utiliza a modelos y no a mujeres maltratadas. Hasta ahí, la noticia.

Aquí va mi reflexión. He tenido la oportunidad de hablar con mujeres que fueron maltratadas para ver qué les parece y todas ellas están encantadas con esta nueva publicidad porque muestra que hay una salida y que se puede volver a sonreír, que las mujeres somos fuertes y se puede tirar para adelante.

¿Por qué la sociedad se empeña en victimizar a (en este caso) las mujeres que han salido de una situación de maltrato? ¿Por qué no se puede dar un mensaje de esperanza a las mujeres que están siendo maltratadas para que vean que hay algo más que la situación actual?

Parece que la parte ofendida está molesta porque se da una nueva imagen a una situación horrible. Después de hablar con las mujeres que han pasado esa situación, lo que te cuentan es que de verdad es una situación horrible pero que se puede superar y empezar de cero, pero que parece que desde las instituciones no interesa esa porque entonces perderían las ayudas y subvenciones, y muchos de los que están aprovechándose de eso, perderían su ganga.

Da la sensación que desde las altas esferas prefieren que las mujeres se sientan mal, estén tristes y desmotivadas para que no sean capaces de salir por ellas mismas de situaciones problemáticas y que sean dependientes de instituciones y administraciones. Lo cuál es una ironía, porque dicen luchar contra el machismo para que las mujeres sean libres mientras que esas mismas instituciones prefieren a mujeres débiles para que no tengan independencia y puedan seguir justificando el dinero que reciben y que no utilizan precisamente para ayudar a quienes lo necesitan, si no para mantener cargos y puestos.