Revista Cultura y Ocio

Mujeres errantes, de Pilar Sánchez Vicente

Publicado el 03 mayo 2020 por Goizeder Lamariano Martín
Mujeres errantes, de Pilar Sánchez Vicente Hace casi dos años que una amiga internauta me regaló este libro. Me habló maravillas de él. Ahora, durante el confinamiento, estoy aprovechando para leer libros pendientes, tanto digitales como en papel, y por fin lo he leído. Y no puedo más que sumarme a su recomendación. Mujeres errantes, de la asturiana Pilar Sánchez Vicente, me ha encantado. Voy a intentar explicaros por qué. 
Greta Meier es una famosa escritora suiza que vive en Londres. Cuando después de mucho tiempo vuelve a su tierra descubre que su madre, Eloína, está gravemente enferma, por lo que decide pasar sus últimos días a su lado. A pesar de que llevan años sin verse ni hablarse. El fuerte carácter de Greta, sus relaciones amorosas y su adicción al alcohol y a las drogas han terminado separándolas definitivamente. 

Pero todo cambia cuando, en su lecho de muerte, Eloína le confiesa que ni ella es su madre ni Paul es su padre. ¿Quiénes son sus padres? ¿Quién es ella? ¿Qué vida le correspondía haber vivido? Con todas estas dudas, Greta emprende un viaje para intentar averiguar la verdad y conocer su identidad. Deja atrás Londres y Suiza y llega a España, a Cimavilla, un barrio de GijónAllí conoce a Julia, la Chata, una anciana de armas tomar, con gran carácter, sin complejos, que ya está de vuelta de todo y que en su juventud fue amiga de Eloína y de Genara, su madre. Aunque es analfabeta, eso no le ha impedido luchar por su destino.  Las tres mujeres, Greta, Eloína y la Chata son las tres protagonistas de esta gran historia. Greta tuvo una infancia feliz, muy unida a su madre, encerrada en su pequeño mundo, Matterhorn Paradise, la tienda de souvenirs que su madre tenía en Zermatt. Pero su adolescencia en un internado elitista suizo cambió su carácter. Se volvió independiente, rebelde, empezó a coquetear con lo que su padre llamaba malas compañías, con el sexo, el alcohol y las drogas.  Eloína es una mujer fuerte, luchadora, ambiciosa, dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de huir de la pobreza de España. Cuando llega a Suiza tiene claro que tanto ella como su hija merecen otra vida, mejor, más holgada, aunque para eso nunca vuelva a mirar hacia atrás.  La Chata también dejó atrás la pobreza de Cimavilla para emigrar a Suiza y a Francia. Pero su mala suerte con los hombres la hicieron regresar a su tierra, donde pasa sus últimos años echando de menos a su hermana y renegando de su único hijo, Andrés, que la encerró en una residencia de ancianos y, encima, de monjas.  Página a página vamos descubriendo la relación que une a las tres mujeres, los hilos del pasado que entretejen su presente y dejan vislumbrar su futuro. A través de las entrevistas que Greta le hace a la Chata, y recorriendo junto a ellas las calles de Cimavilla, nos trasladamos al Gijón del franquismo, de la pobreza, del hambre, de la opresión, pero también de la alegría, de la solidaridad, de la esperanza y del amor.  Un Gijón y una Cimavilla en los que las pescaderas ambulantes tenían un gran protagonismo. Mujeres enérgicas, valientes, resistentes, inconformistas  a las circunstancias que les tocó vivir, soñadoras, ambiciosas, dispuestas a emigrar con tal de cumplir sus sueños y huir de sus pesadillas.  Junto con las tres mujeres, hay varios temas que también protagonizan esta novela. La emigración española a países europeos como Suiza, Francia o Alemania, tan modernos, tan libres, tan boyantes. Tan distintos del país que dejan atrás. La España de Franco, de la moral ultracatólica, de la miseria.  Las relaciones amorosas tóxicas, los malos tratos, las adicciones, el alcohol, las drogas, la autodestrucción también están muy presentes en la vida de Greta. Hombres como Markus o Hansel tienen una gran influencia en una inestable y vulnerable Greta.  Paul es el hombre que marcará la vida de Eloína, a la que no le importa ser la amante, la otra, el segundo plato, con tal de garantizar su posición social y económica y la de su hija. No tiene escrúpulos y hará lo que sea para dejar de ser una spanierin
Guillermo es el hombre de la vida de la Chata. Amigo desde la infancia, su amor por los demás lo llevó a ser sacerdote y viajar a Nicaragua, desde donde le escribe cartas que le leen y que no puede contestar por su cabezonería de no aprender a leer ni a escribir.  Mujeres errantes es una novela completa, llena de grandes temas, de grandes matices y, por encima de todo, de grandes mujeres. La familia, el amor, el pasado se entrelazan con las traiciones, la humillación y los secretos familiares. La amistad, el perdón y la nostalgia se entremezclan con la envidia, la ambición y los malos tratos.  Una historia con una trama intensa, fascinante, una ambientación magistral que nos hace vivir en el Gijón de los años sesenta y, por encima de todo, unos personajes inolvidables. Una novela que nos enseña que para afrontar nuestro futuro tenemos que conocer nuestro pasado. Esté donde esté. 

Muy bueno Mujeres errantes, de Pilar Sánchez Vicente

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