Hay mujeres que susurran silencios, como quien no quiere la cosa…
Pasan por tu lado, rozándote con el perfume de su caminar. Y aún se preguntan qué estás mirando, como si su Luz pudiera ocultarse entre las sombras de un pasado que a veces hace sus pinitos en su palpitar.
Pisan fuerte, tanto que si no estás bien anclada a la Tierra pierdes el equilibrio y te caes al vacío del que un día te separaste. Aunque, a veces, sólo a veces…soñar con ellas y despertar en su respiración es un riesgo que merece la pena correr, muy muy despacito, para que no se te escape ni un instante de su eterna piel.
Hay mujeres que cuando les encuentras la mirada te estalla la vida en cada pedazo de tus entrañas. Es un golpe seco y contundente, en el pecho y el plexo solar, justo ahí donde nadie quieres que entre sin tu permiso, justo en ese rinconcito que tan bien has protegido de aquellos corazones que te quitan el sentido, justo ahí donde los latidos que se cayeron de tu ritmo esperan a que un Alma sin medias tintas les saque a bailar, al compás del Más Allá… Un golpe que te hace eco de cada historia resuelta y cada historia que aún está por resolver. Un golpe que ahuyenta a tus oídos y que atrae mil y un gemidos imposibles de contener.
En su boca habitan las sonrisas más hermosas habidas y por haber. Sus labios, esos que se mojan cuando sus palabras arden por “hacer saber”, te muerden cada beso que les intenta enmudecer. Su Verdad no está en venta ni en alquiler. Ese Tiempo en el que se dejaban robar por “los otros”, las dejó de pertenecer. Ahora…cada segundo lo cuentan como suyo, como único e irrepetible, dibujándolo a su manera para luego pintarlo como a su antojo le parezca.
Perdieron su Voz casi antes de empezar a hablar. Sus balbuceos se quedaron estancados en un entorno contaminado por la ignorancia y la oscuridad. Poco a poco, a medida que el “levante” le fue ganando la partida a la caída, dejaron de dar el cante allí por donde tropezaban y aprendieron, a base de mucho ensayar, su auténtico cantar, dulce cantar. Desde entonces, su melodía resuena en cada paso que dan. Todo un deleite para aquellos que gozamos de la música que es tocada por la belleza de la espontaneidad.
Hay mujeres que te lo dicen todo sin haber dicho nada, que te Inspiran hasta el diafragma, que te susurran silencios cuando estás bajo sus sábanas para que escuches las caricias que destapan tus anhelos y arrincones cada uno de tus miedos en la puerta de salida de las penas y los lamentos. Te atrapan en el juego de su Rol, su preferido, donde sus dones se transforman en Doñas y sus aparentes imperfecciones en deseosas tentaciones.
Su Presencia es irresistible. El poco aliento que te queda suspira por ella…Y tú, cegado ante tanto brillo, te rindes a sus pies siempre descalzos que se elevan para acariciar con todo su poderío la absoluta embriaguez que te ha poseído.
Abandonas la cordura para hacerte cargo de la locura que envuelve a sus lunas, tan crecientes como menguantes, tan llenas como nuevas. No hay noche que se les resista. No hay estrellas que se fuguen al Verlas.
Benditas sean esas Mujeres que dan vida a la Vida, que explotan Dentro tu despertar, que te recuerdan el significado del verbo Amar y que han sido tan Perfectamente Paridas que no hay Dios que las pueda desterrar.
Por Ellas, por Ti, por Mi…
………Shhhhhhhhhhh……..
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