Revista Cultura y Ocio
Como os comentaba en la entrada anterior, con esto de que el 8 de marzo es el día de la mujer y que mi novela, Nunca fuimos a Katmandú, habla de mujeres, me están saliendo muchos actos en los que participar durante todo el mes en torno al tema de la mujer.
Preparar alguno de ellos me ha llevado a reflexionar sobre el papel de las mujeres en la literatura actual, tanto desde el punto de vista de las escritoras como de las lectoras.
Da la sensación de que la literatura escrita y protagonizada por mujeres está de moda. ¡Qué lejos estamos de aquellos tiempos en que las mujeres tenían que adoptar seudónimos masculinos para poder publicar! Ahora parece que las editoriales se interesan especialmente por las escritoras.
¿Por qué ocurre esto?
Una de las razones podría ser que, al parecer, las mujeres leemos más que los hombres, y como consecuencia de esto, las historias de mujeres interesan porque a tod@s nos gusta sentirnos de alguna manera identificados con lo que leemos.
Pero no solo tienen éxito novelas del género "women fiction" o "chick lit"; también triunfan las de género negro, las de vampiros, las de niños magos, o las históricas.
Bien mirado, a mi todo esto me parece de lo más natural. Las mujeres siempre hemos sido más "de letras"; en el cerebro femenino está más desarrollada la zona correspondiente al lenguaje (vamos, que siempre hemos sido comunicativas); también somos más detallistas (no sabemos leer un mapa pero sí que en el kilómetro X de tal carretera hay un almendro florecido), y en general, prestamos más atención a los sentimientos.¡La literatura debería haber sido nuestro reino desde la noche de los tiempos!
Pero como en todo, hemos tenido que conquistar nuestro lugar con sangre, sudor y lágrimas.
Como quiera que sea, es nuestro momento.
¿Qué opináis? ¿Leeis indistintamente libros de escritores y escritoras? ¿Les dais el mismo valor y credibilidad? ¿Considerais que hay literatura masculina y femenina?
¡Hala! Ahí queda eso.