Los espacios verdes bien cuidados son un objetivo básico en la jardinería urbana. No obstante, es esencial buscar la facilidad de manejo y de mantenimiento. Por este motivo, los materiales que actúan como mulch son efectivos para garantizar la durabilidad de las plantas que componen el jardín y favorecer su apariencia cuidada.
El mulching se traduce como acolchado. Utilizado durante décadas en la agricultura tradicional y últimamente reivindicado como parte de la xerojardinería o jardinería de bajo mantenimiento, el mulching es una técnica que consiste en cubrir el suelo en la zona más próxima al cuello de la raíz, con distintos materiales, evitando así que el terreno quede expuesto al contacto con el aire. El espesor homogéneo de la cubierta protectora oscila entre los 5 y 10 cm.
Los materiales, denominados mulch, se agrupan en orgánicos o inorgánicos. Hay muchos tipos de mulch, como el compost parcialmente descompuesto, restos de cortezas, virutas de madera, paja, conchas, hojas, cascarilla de arroz, etc
MULCH: CORTEZA DE PINO
Su color rojizo, textura y apariencia agradable, proporciona un ambiente natural, destacando, a la vez, los grupos de plantas. El olor que desprende es muy agradable. Se caracteriza también por tener una densidad baja y una uniformidad en su calibre, obtenida a partir de un sistema automático de clasificación en función de la granulometría del material, eliminando los elementos finos.
La corteza es muy decorativa, pero sus principales objetivos son los siguientes:
o Evita la erosión y la compactación del terreno. Manteniendo la estructura del suelo.
o Protege de los cambios climatológicos a las plantaciones, del frío y del hielo en invierno, y del recalentamiento durante el verano.
o Nutre gradualmente al suelo gracias a su descomposición.
o Evita el nacimiento y proliferación de malas hierbas.
o Forma una capa protectora sobre el terreno que favorece el drenaje del agua y reduce la evaporación hacia la atmósfera, conservando la humedad, por lo que requiere menos recursos hídricos.
o Reduce la intensidad de los trabajos de mantenimiento, ya que evita la salida de malas hierbas y no necesita ningún tratamiento especial.
Su uso es recomendado en: Xerojardinería; Suelo para orquídeas; Caminos y senderos de jardín, rotondas y espacios públicos; Jardines en general.