AWID: Después del fracaso de la Cumbre de Copenhague, ¿cuál era la importancia de esta cumbre de los pueblos? ¿Qué aspectos positivos podemos remarcar de la misma?
Ana Agostino: Las negociaciones oficiales en Copenhague, aun cuando no hubieran fracasado, no tuvieron en cuenta lo esencial del cambio climático: deja al descubierto, como pocos fenómenos, que el modelo de permanente producción, acumulación, crecimiento y consumo no es sostenible. Este hecho central está ausente de las negociaciones. La cumbre de los pueblos, en cambio, ofreció la posibilidad de debatir sustancialmente este tema eje y de pensar alternativas que van mucho más allá de la ciencia, la tecnología y el mercado, las únicas respuestas consideradas en los debates oficiales. La conferencia de Cochabamba deriva su importancia de poner sobre la mesa la crisis ecológica en su multicausalidad y de ofrecer en consecuencia una diversidad de perspectivas en las posibles soluciones de fondo.
AWID: Una de las propuestas alternativas presentadas durante la Conferencia fue la del Buen Vivir, ¿podrías explicarnos qué es esa propuesta y cómo fue la recepción de la misma?
Ana Agostino: Según varias presentaciones y documentos que circularon en Cochabamba el Buen Vivir es una tarea en construcción de una forma de vida plena, equilibrada, sana, armónica y modesta, en la cual el ser humano es un elemento más de la naturaleza. La búsqueda del equilibrio evita la explotación del otro, la apropiación material y el dominio de la naturaleza de la que se es parte. El sujeto económico del Buen Vivir es un sujeto colectivo que se guía por el interés de la comunidad (entendida en un sentido amplio y en oposición al mercado y a los intereses individuales), con predominancia de valores como la reciprocidad y la complementariedad; que se orienta a romper la dicotomía entre lo público y lo privado dando paso a lo común y replanteando la oposición entre economía y sociedad.
En uno de los paneles sobre el Buen Vivir, Jiovanny Samanamud, el Vice-ministerio de Planificación de Bolivia, planteó que no es posible pensar el buen vivir desde esta temporalidad, porque se trata de otro tiempo y de otro sujeto histórico. Presentar el Buen Vivir como una alternativa a implementar hoy para el conjunto de la humanidad de alguna manera implica saltearse la observación de Samanamud y trivializar el concepto. De hecho uno de los comentarios del público en la actividad mencionada fue sobre el riesgo de que el Buen Vivir se vacíe de contenido y dentro de diez años el Banco Mundial comience a presentar informes regulares sobre su avance y sus indicadores (tal como ha pasado con el concepto de Desarrollo Sustentable, utilizado por primera vez en 1987 en “Nuestro Futuro Común”, el informe de la Comisión Mundial de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo y que se refería a la capacidad de responder a las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad de futuras generaciones de satisfacer las propias. Este concepto con mucha ligereza se transformó en Crecimiento Sustentable vaciándolo totalmente de su contenido original que se orientaba, entre otras cosas, a cuestionar la “sustentabilidad del crecimiento”).
Desde mi punto de vista lo importante del debate en torno al Buen Vivir es rescatar la existencia de una visión distinta a la lógica materialista dominante y construir –o develar- a partir de allí alternativas. Estas serán vividas de manera diferente según las realidades particulares de donde se parta.
AWID: Si bien en muchas de las conclusiones de los grupos de trabajo se puede observar un lenguaje sensible al género, que habla de las responsabilidades de la sociedad patriarcal, ¿cómo es entonces que esta perspectiva no se ha visto reflejada en el documento final?
Ana Agostino: El documento final plantea en su segundo párrafo que “Confrontamos la crisis terminal del modelo civilizatorio patriarcal basado en el sometimiento y destrucción de seres humanos y naturaleza que se aceleró con la revolución industrial”. El texto es una formulación que también aparece en el documento del grupo 1 sobre causas estructurales. Según un artículo preparado por Ana Filippini del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, otras referencias al género o a la situación particular de las mujeres en relación con el cambio climático se encuentran en los documentos del grupo 6 sobre migraciones, en el grupo 7 sobre pueblos indígenas en el que se reclama la participación plena y efectiva de grupos vulnerables incluyendo las mujeres; el grupo 8 sobre deuda climática también menciona a las mujeres; el grupo 12 sobre financiamiento reclama que haya representación de las mujeres en el nuevo mecanismo de financiamiento que deberá crearse y el grupo 14 sobre bosques solicita se reconozca el rol de las mujeres en la preservación de las culturas y la conservación de los bosques nativos y selvas y propone la creación de un grupo de expertos donde por lo menos el 50 % deberán ser mujeres.
En su artículo Filippini también hace referencia a las actividades de organizaciones de mujeres, incluyendo el informe sobre los tribunales de género y cambio climático que presentáramos como Equipo de Trabajo Feminista de GCAP, el evento organizado por la Red Latinoamericana de Mujeres Transformando la Economía (REMTE), la declaración del grupo Feminismo Comunitario Latinoamericano y el aporte de varias organizaciones en los debates que tuvieron lugar durante esos días.
A pesar de esa presencia, efectivamente, el documento final apenas recoge la referencia a las responsabilidades del modelo civilizatorio patriarcal. Una posible lectura que explique esa omisión es que las organizaciones de mujeres no estuvimos de manera sistemática en la elaboración de ese documento. Si bien cada actividad autogestionada entregaba a los organizadores información por escrito para que se incluyera en las conclusiones finales, éstas sólo recogieron lo surgido de los grupos de trabajo. El resultado final de alguna manera interpela a las organizaciones de mujeres activas en la temática a pensar estrategias diferentes.
AWID: ¿Puedes hablarnos acerca de los Tribunales sobre Género y justica climática?
Ana Agostino: En Cochabamba presentamos una síntesis de los problemas identificados por las mujeres que participaron en los tribunales organizados por el Equipo de Trabajo Feminista y sus socias en Botswana, Nigeria, Uganda, India, Nepal, Pakistán y Brasil. También compartimos el análisis de estas mujeres sobre por qué estos problemas afectan a las mujeres de manera diferenciada y sus recomendaciones para revertir la situación.
AWID: ¿Qué problemas fueron indentificados durante los Tribunales?
Ana Agostino: Entre los problemas identificados se encuentran los relacionados con el agua (inundaciones, falta de acceso al agua potable y al agua para la agricultura); el impacto en la soberanía alimentaria y la mayor dependencia del mercado; cambios climáticos inesperados como sequías prolongadas, lluvias fuera de fecha que tornan irrelevantes los conocimientos previos sobre condiciones climáticas y cómo actuar; la erosión costera; reducción en las cosechas; escasez de tierra; incendios forestales y pérdida de bosques; reducción del ganado y de peces; aumento de la emigración y el número de refugiados; falta de información sobre consecuencias del cambio climático y su impacto sobre las mujeres y la pobreza y por lo tanto falta de capacidades para responder; falta de una política nacional para contrarrestar las consecuencias del cambio climático.
En los tribunales las mujeres plantearon que se ven afectadas de manera particular debido en primer lugar a que constituyen la mayor parte de la población en pobreza; tienen también mayor dependencia de la agricultura para su sobrevivencia (en el África subsahariana el 70% del trabajo agrícola lo realizan las mujeres y producen el 90% de los alimentos cultivados; a nivel mundial producen el 50%); el aumento de las horas que dedican a juntar agua por las crecientes distancias para conseguirla (esto as su vez reduce sus posibilidades de educación, trabajo remunerado y descanso); la mala calidad del agua repercute en la salud siendo las mujeres quienes cuidan de los enfermos; aumento del tiempo dedicado al cuidado por el mayor número de enfermedades; muchas mujeres viven en zonas vulnerables al cambio climático; asimismo muchas mujeres no heredan tierra y la fragmentación de ésta no permite que sea económicamente viable para responder a los desafíos del cambio climático; esto a su vez impacta en el acceso de las mujeres a su empoderamiento económico junto con menos trabajo vinculado al ganado por su reducción, aumentando su dependencia económica; pérdida de la capacidad de producir medicamentos naturales al reducirse las plantas que lo permitían.
AWID: ¿podrías compartir cuáles han sido las recomendaciones surgidas en los Tribunales para empezar a pensar cómo revertir eso problemas?
Ana Agostino: se plantearon varias recomendaciones: los gobiernos deben aumentar la inversión en la agricultura en apoyo de pequeños y pequeñas productoras; debe promoverse la participación plena de las mujeres en la definición de políticas en respuesta al cambio climático, incluidas políticas de administración de recursos naturales; las medidas de adaptación deben incluir una perspectiva de género; debe garantizarse el derecho de las mujeres a la propiedad de la tierra junto con el acceso a la capacitación, los servicios de extensión, insumos y crédito; ha de promoverse el reconocimiento de saberes tradicionales y el retorno a formas tradicionales de la agricultura reconociendo que las mujeres suelen ser quienes custodian estos saberes; debe darse visibilidad a la relación entre género y cambio climático a través de la prensa, las artes, etc.
También encontramos varias orientadas a la promoción de un modelo de vida sustentable, como por ejemplo el énfasis en la educación para la creación de sociedades sustentables; dejar de ser “dueños” del planeta para ser “cuidadores”; la promoción de cambios en los modos de producción y consumo que nos lleve hacia un modelo de desarrollo en armonía con las capacidades del planeta; la puesta en práctica de políticas que empoderen a las mujeres en su promoción de modos de vida sustentables y el desarrollo de investigaciones sobre tecnología apropiada con perspectiva de género.
AWID: Respecto a la próxima Cumbre de la ONU sobre el cambio climático en México, ¿qué expectativas tienen respecto a las negociaciones que allí se realizarán?
Ana Agostino: La conferencia debería resultar en un acuerdo que reconozca la imposibilidad de continuar con el modelo actual y plantear específicamente los aportes que surgen de pueblos indígenas, mujeres y otros actores como alternativas a tener en cuenta en la elaboración de respuestas al cambio climático, alejándose de la visión que busca soluciones sólo en la ciencia, la tecnología y el mercado. No soy optimista, sin embargo, respecto a que esto vaya a ocurrir en Cancún. Creo que no hay voluntad de los gobiernos de asumir a fondo la realidad consecuencia del modelo capitalista y que se verán satisfechos si logran acuerdos técnicos de reducción de emisiones que en el largo plazo no cambiarán la situación actual. Por lo tanto mi mayor expectativa tiene que ver con que se logre una fuerte movilización con propuestas serias que evidencien esa falta de voluntad política y resulten en un cuestionamiento más profundo de la inoperancia de la gobernanza mundial.
Para informase más:
- Sitio oficial de la Conferencia.
- "Acuerdo de los Pueblos" concertado entre las delegaciones asistentes a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, 22 de Abril Cochabamba, Bolivia.
- Pronunciamiento del Feminismo Comunitario latinoamericano en la Conferencia de los pueblos sobre Cambio Climático:
Por Gabriela De Cicco
Fuente: AWID