¿Cuántas prendas tenéis muertas del asco en el closet? Seguro que muchas. Os voy a contar un sencillo tip milagroso, podréis armar un sinfín de estilismos inesperados y sacar el máximo de partido a vuestro vestuario. ¿Queréis descubrir cómo? ¡Adelante!

Antes de poner en práctica este consejo, debéis hacer una criba de ropa y ser críticas con vosotras mismas, fuera lo que no os siente bien, se regala, se vende o se quema, jamás se guarda. Una vez que todo lo que tenemos es de nuestro agrado, ya estamos listas para hacer magia con el truco que os voy a enseñar.
Cuando lavamos nuestra ropa, la doblamos y la ponemos encima de la que ya está guardada, con las prendas que se planchan, hacemos lo mismo, las vamos colgando en la parte central que queda más a mano. ERROR. De esta manera siempre terminamos vistiendo con lo mismo y se estropea de tanto lava que te lava, por no decir que tarde o pronto nos invade el no tengo nada que ponerme.
Si la ropa recién lavada la doblamos y la colocamos debajo de la que ya está guardada y, las prendas recién planchadas las colgamos detrás de las que no hemos usado, ¿qué sucede? Que nuestro closet va rotando, de pronto aparecen pantalones de los abismos, faldas olvidadas y tops que dábamos por perdidos.
Con esta costumbre nuestro vestuario se multiplica y además, conseguimos otras ventajas: se descubren combinaciones que jamás se nos habrían ocurrido, la ropa nos dura muchísimo más tiempo y siempre sabemos qué vestir, lo que toque.
Decir lo que toque puede sonar estricto pero no es así, todos los días tendremos una falda, un pantalón, un top, una blusa o un vestido que elegir, con ponernos lo que más nos apetezca estaremos fantásticas.
¿Alguna conocía este truco o lo ha puesto ya en práctica?