En muchas ocasiones, el sistema de acceso a unas prácticas se suele llevar a cabo a través de convenios de prácticas entre la empresa que busca becarios y los centros que los forman. Así, mediante un convenio de colaboración, se cuenta con los alumnos que todavía están finalizando su carrera o su módulo.
El convenio no tiene costes de seguridad social, dado que se formaliza un seguro independiente que corre a cargo del centro con el que se suscribe el convenio, fija las horas de la jornada del becario (que generalmente suelen ser cinco horas diarias, aunque hay empresas que amoldan los horarios conforme las necesidades del estudiante) y establece un “contrato” que tienen que firmar las tres partes: empresa, centro de estudios y estudiante. Respecto a la retribución al alumno, esto no lo fija el convenio, sino que es la empresa la que ofrece sus prácticas por una remuneración o ninguna en muchos casos. Y no nos engañemos, entrando a trabajar en una empresa con un convenio universitario y con una jornada de pocas horas, la retribución suele ser baja, pero no aceptes ninguna oferta en la que tengas que trabajar gratis, por mucho que creas que te va a beneficiar en cuanto a “experiencia” y “currículum”. Ya que vas invertir tu tiempo y tu capacidad en esas prácticas, por lo menos que te paguen la dignidad. ¿Cómo se consiguen unas prácticas remuneradas? Huyendo de aquellas ofertas en las que se especifique que el alumno no va a cobrar o no aceptando, en el caso de que te lo digan en una entrevista, el puesto conveniente.
Acceder a una empresa que busca becarios puede hacerse a través de la propia universidad o centro de estudios o también por tu cuenta, pero ciertamente, para las empresas suele ser importante la formalización del convenio, por aquello de que no tiene costes de seguridad social. Aunque te pongas en contacto con una empresa por tu cuenta, si lo solicitas, empresa y Univerisidad o centro de estudios pueden llegar a un acuerdo también. Cosa distinta es que, acabado el periodo de prácticas (no suele superar el año de duración en el caso de los convenios), la empresa decida incorporar al estudiante a su plantilla fija, con un contrato laboral tradicional, que ya nada tiene que ver con el convenio universitario.
Los convenios son útiles para meter la cabeza en el mundo laboral antes de terminar los estudios, hacer contactos, aprender más sobre la profesión que estás estudiando y completar tus conocimientos teóricos. Además, las horas de las prácticas suelen poderse convalidar con créditos de la carrera o formación y la experiencia adquirida puede agregarse a tu currículum (al fin y al cabo estás desempeñando labores de trabajador), de tal modo que en el futuro puede ayudarte a encontrar un puesto de trabajo y no solamente un puesto de becario.