Revista Cómics

Mundo Perdido de Elliot Dooley.

Publicado el 03 agosto 2024 por Airin
Mundo Perdido de Elliot Dooley.Mucho me gustan a mí los bolsilibros, esos libritos tan populares de pequeño tamaño dirigidos al gran público allá por los 60/70 con la única finalidad de entretener.

Los bolsilibros han quedados renegados al olvido, ya que fueron el objetivo de las más feroces críticas de la industria editorial y de los propios escritores. Pero aquí estoy yo para resucitar este género, fuera de nuestras fronteras llamado Pulp, que ha marcado a varias generaciones. 

El bolsilibro que nos ocupa lo compré en el rastro de León, allí y en cualquier rastro donde vendan libros, es muy fácil adquirir bolsilibros de diversas colecciones a buen precio. Yo suelo decantarme por la línea de ciencia ficción, aunque en ocasiones un título llamativo hace que caiga en la trampa del consumidor. Pues bien, aquí tenemos la Colección Héroes del Espacio, más concretamente el Nº 104 llamado Mundo Perdido, escrito por Elliot Dooley, pseudónimo de Enrique Martínez Fariñas, quien trabajó para la Editorial Ceres (filial de la Editorial Briguera) con multitud de pseudónimos, algo muy habitual para aquellos escritores de bolsilibros (Jose Luis Bernabéu como Joseph Berna o Juan Gallardo Muños como Curtis Garland son los que me vienen a la cabeza). 

Este ejemplar costaba 50 pesetas y la publicación de la colección era semanal, lo que me lleva a pensar en el ritmo constante y aceleradísimo en el que estos escritores debían escribir sus historias, cortas sí, pero con sus cien paginitas que no les quitaba nadie. Este veriginoso ritmo de publicación, hacía que las correcciones fuesen escasas, ya que se pueden apreciar varias faltas de ortografía.

Otra cosa que me llama la atención son los nombres de los protagonistas, muy raros, que no pegan ni con Loctite. Nuestros protagonistas se llaman Uller Pardod y su compañera Fela Seagel. Estos dos son miliatres y les convocan, a ellos y a otros muchos, a una reunión informativa donde el alto mando les comunica que deben ir a otro planeta a explorarlo, sabienda que la primera expedición ha fracasado y han muerto todos. El panorama no pinta muy bien. Pero como son militares con un código ético muy sólidos, allá que van nuestra pareja que además de equipo profesional también lo son en el ámbito sentimental. Cuando se aproximan al nuevo planeta cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, las otras tripulaciones avisan por radio del peligro de una gran nube que entra en las naves y hace que todos los cuerpos se vayan derritiendo cual helado en una ola de calor en el desierto. Pero Uller y Fela, aunque están cagados de miedo, se desvían del plan establecido y logran esquivar la gran nube que más bien es un ácido corrosivo de lo más chungo. No voy a contar más cosas sobre qué es lo que sucede porque no quiero hacer spoilers. Lo que sí puedo decir, es que la trama empieza muy bien y acaba muy mal. A medida que leía iba haciendo varias hipótesis sobre qué es lo próximo que podría pasar y nunca de los jamases, hubiera imaginado el final. Final sorpresa pero muy caca.

Hoy en día, este libro sería objeto de mofas y befas del mundo feminista, ya que el tono en el que le habla Uller a Fela y como ya he dicho, el final, son un pelín machistas. Por eso creo que es una literatura típica de aquella época, ya que a día de hoy, cualquier asociación te puede denunciar por cualquier cosa.

Por otra parte, un descubrimiento, muy tardío ya lo sé, que he hecho con este bolsilibro, es el conocer al portadista Salvador Favá i Favá (Sabadell, 1936). Encargado de portadas icónicas de series como El Coyote, Los Hollister, de terror (Scream) o ciencia ficción, Artista de lo más versátil, inició su carrera en los años 60 para Editoriales como Marco o Bruguera y alternaba la ilustración con la pintura de caballete. Muchos eruditos como Hernán Migoya, lo llamaron el Frank Frazetta español. Nada más y nada menos. Entonces, ¿Cómo es posible que siendo tan importante para la cultura popular no se le conozca? Una de las razones que se me ocurren es que en aquella época, sólo se nombraba al portadista en pequeño y una página interior, no se le daba tanto crédito como en la actualidad, que ya aparecen incluso en las portadas.

Un blog dedicado íntegramente al mundo de los bolsilibros es La memoria del bolsilibro, de lo más recomendado si quieres saber un poco más del tema.


¡LARGA VIDA A LOS BOLSILIBROS! ¡QUE VUELVAN!

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