El mundo se ha convertido en lugar oscuro, mi amor.
Es un sitio repleto de odio y terror.
Pocos son conscientes de lo que realmente sucede, pocos son los que saben que estamos en manos de psicópatas.
Estos dementes son los responsables de haber convertido el aire en humo y la comida en veneno entre otras calamidades.
Amor, ellos son los culpables de todos estos ríos de sangre y odio que nos rodean.
Han logrado diseñar cada mentira que aparece en las pantallas, porque son artistas de la confusión y el engaño.
Estos adoradores del dios dinero tienen la habilidad de convertir al ser humano en algo siniestro y miserable.
Debo decirte que más de una vez he pensado en arrebatarme la vida de una vez por todas y acabar con todo el sufrimiento que mis ojos ven.
Esa presión que siento en el pecho se me hace difícil de sobrellevar.
Realmente creí que todo estaba perdido hasta que di contigo.
Estabas brillando rodeada de androides que iban y venían.
Acechante la neblina no podía arrastrarte a la oscuridad…había demasiada luz en ti.
Cuando te miré, noté que tus ojos aun tenían toda la pureza que un alma podía tener.
Todo lo injusto del mundo no había podido arrebatarte nada de dulzura.
Inmaculada, tu boca me hablaba de amor y nunca de guerra.
Por eso, mi diosa, es que te pido que nos vayamos de aquí.
Escapemos juntos de la ciudad a rumbos más puros, lejos de los humanoides y las máquinas de lacerar.
En donde existan personas que todavía se miren a los ojos y sepan amar.
Donde el agua brille como diamante y las aves sigan gobernando los cielos.
Entre árboles que aun respiran y donde el sol siga iluminando como antes, podríamos vivir nuestra historia de amor para siempre.