Revista Libros
SILENCIO ADMINISTRATIVO
El tiempo te dio la razón.
Desde que nos encerramos
en esta habitación alucinógena
hemos crecido en la dependencia.
Echamos los papeles
atiborrados de preguntas
y aún no han contestado
transcurridos los plazos pertinentes:
Silencio administrativo.
No caben más preguntas…
Ahora, al no oír ruido
pensé que el asedio había acabado
y te sonríes coqueta en la mañana.
Por una parte el cuerpo descansa,
pero por otra, no dejo de pensar
que al fin y al cabo
no somos más que niños,
infantes que andan
tambaleándose de un lado para otro
buscando algo de apoyo
e imaginando el gran estacazo
que nos vamos a meter
cuando las cosas cambien.