Estamos en invierno y ¡oh sorpresa! hace frío e incluso nieva. Aún no entiendo como nos volvemos tan locos con estos fenómenos ¡estamos en enero!, no se habla de otra cosa.
El caso es que por nuestro barrio no nieva y aún no hemos podido subir a la montaña pero, cuando el otro día vino LittleD de su escuela con un muñeco de nieve hecho de discos desmaquillantes y bastoncillos para los oídos, a mi hija y a mi se nos hicieron los ojos chiribitas ¡nos encantó la idea!.
La primera tarde que tuvimos algo de margen nos pusimos manos a la obra, aunque los bastoncillos y los discos ya los había reservado Ana desde el día que vimos la idea.
A mi me encanta ese remate que tienen los discos (como un cosido), le da un toque muy gracioso.
La gracia del asunto es que, con una cartulina donde pegar un par de discos de celulosa y un bastoncillo partido por la mitad ya tienes una estupenda base. Luego ya lo puedes personalizar como quieras.
En nuestro caso sacamos el arsenal: purpurina para la nieve, cuentas de collar para ojos y botones, lana para la boca y bufanda, fieltro para gorros, naríz y otros complementos.
Dani, como veterano en la materia, pasó de la manualidad y se dedicó a hacer trenes de bastoncillos.
Esta vez pude hacer fotos del proceso ¡bien! así que ahí tenéis a mi chica. Poniendo cola en los discos y pegando unos sobre otro. Luego, con cuidado, cortó el bastoncillo por la mitad.
Una vez pegados los brazos de bastoncillo llegó la hora de decorar. Ana fue cogiendo cuentas a su gusto para los ojos y los botones. Primero los colocó sin pegamento hasta quedar contenta con la composición, una vez decidido el diseño fue mojando las cuentas en el pegamento y colocándolas de nuevo.
Como veis, la nariz es sólo un triángulo de fieltro naranja que hace las veces de zanahoria. Y la boca es un cabo muy cortito de lana negra.
Las dos íbamos aportando ideas sobre la marcha para que el muñeco quedase más completo.
Una de las bufandas la hicimos de fieltro, las otras trenzando lana. Ana no sabe hacerlas pero yo la iba dirigiendo: el cabo de la derecha al centro, el cabo de la izquierda al centro... ella se emocionó mucho cuando empezó a ver que la trenza iba tomando forma.
LittleAna quería recortar el fieltro pero se frustró bastante así que acabé por encargarme yo de ese asunto, eso sí, siguiendo sus instrucciones al pie de la letra. Por lo demás todo ella, cada una iba haciendo su muñeco.
Cuando terminamos de vestirlos nos vinimos arriba. Faltaba la nieve del suelo ¡así que extendimos un buen chorrete de pegamento en la cartulina y fuimos pegando algodón que íbamos pellizando para que quedase más mullido.
A la izquierda tenéis a Ana pegando algodón y a la derecha cómo quedaron mis dedos.
La foto me la hizo Ana que ya se había lavado las manos.
Por último, un toque de glamour, hicimos copos de purpurina. Yo fui dispersando gotitas de cola blanca por la cartulina y Ana esparció la purpurina por encima. Esperamos un poco para que se secasen y volcamos la cartulina para que cayese el sobrante.
El salón se puso perdido pero ¿y lo bien que nos quedó?.
¿Qué os parece? A mi me encantan y, si hubiese visto esta idea antes habrían sido unas estupendas tarjetas para felicitar las Navidades.
Nosotras pasamos muy buena tarde, espero que lo pongáis en práctica y os lo paséis igual de bien.
See you later alligator!