Múnich

Miércoles 17 abril 2019

Es posible que pasar un solo día en la capital de Baviera sea un poco justo, pero cuando las vacaciones son las que son y se quieren aprovechar tanto, un día de visita por la ciudad da de sí para ver lo más emblemático.

Casi dos horas separan las dos ciudades más importantes del estado federal, trayecto que hicimos con la caravana aparcándola, una vez en Múnich, en el Campingplatz Müchen Thalkirchen, muy cerca del zoológico y bien comunicado por bus y metro. A parte de eso, el resto no vale mucho: anticuado, agua caliente y wifi excluidos del precio por noche, información a cuenta gotas, no aceptan tarjetas de crédito, en fin, quizás buscar otras opciones sería mejor.

A Scott lo dejamos de “vigilante” y creo que nos lo agradece ahora que su salud ya empieza a pasarle factura. Le encanta dormir encima de nuestras ropa de cama, especialmente de la manta de pelo que debe encontrar tan suave…

Empezamos nuestra visita en la Residenzviertel (barrio de la Residencia), al norte del casco antiguo, donde se encuentran los edificios de la Residencia Real junto a tiendas elegantes y hoteles de lujo. La Residenz, un gigantesco palacio construido entre los siglos XVI y XIX, es hoy un museo que puede llevar a visitarlo un día entero. Pero haciendo un resumen, muy resumido, podemos decir que de las más de 120 salas abiertas al público destacan el Antiquarium (una joya renacentista construida por encargo de Albrecht V como salón de celebraciones cuyo interior está decorado con numerosos frescos), la Ahnengalerie (una luminosa galería con retratos de la dinastía Wittelsbach), la Schatzkammer (diez salas con una importantísima colección de piezas de oro, porcelana y joyas de la dinastía de hasta mil años de antigüedad) y el fabuloso Cuvilliés Theater (de estilo rococó, es uno de los más bellos de Europa).

Es hora de comer y el mejor lugar para hacerlo es el Viktualienmarkt, un pintoresco mercado que data de 1807 con decenas de puestos de comida y bebida. No es barato, pero en sus puestos se puede encontrar todo tipo de delicatessen y tapear unas salchichas bávaras o un goulash alemán.

Pero el verdadero corazón de Múnich es la céntrica Marienplatz donde cada hora los muñecos animados del carrillón del reloj de Neues Rathaus representan su función. El edificio en sí, de estilo neogótico, es el edificio más característico de la ciudad y junto a las torres de la cercana Frauenkirche sobresalen del resto de edificios del Altstadt.

Desde Marienplatz salen varias calles peatonales repletas de comercios, de transeúntes que pasean o se sientan en los cafés y en las terrazas de las cervecerías. Vías que llegan hasta las antiguas puertas de la ciudad y parecen no tener fin.

A partir de aquí, interesantes museos y palacios podrían ser una buena excusa para alargar la visita algún día más.