La piloto estadounidense de autos Jessi Combs, considerada “la mujer más rápida en cuatro ruedas” tras haber establecido un récord de 640 km/h en 2013, murió en un accidente al intentar batir ese registro, informó este miércoles la policía.
En el momento del siniestro el vehículo iba a 800 kilómetros por hora, según explicó el sheriff del Condado de Harney a la revista People.