Revista Opinión
La Pérfida Albion y Gibraltar, el otro hijastro de la Gran Bretaña
Cuando la cesión se convierte en apropiación indebida, instintivamente, la mente nos dibuja una roca, y ésta nos transporta hasta Gibraltar.
La última bravata la tuvimos ayer de la boquita envenenada del sr. Picardo cuando manifestó, está en su derecho, esas palabritas dignas de cualquier satanás en una película de terror y que suenan a blasfemia en toda regla: "antes se congelaría el infierno” que retirar los cubos de hormigón y pinchos que ha fondeado para impedir faenar a los pesqueros españoles.
¿Cómo se te ocurre soltar esta blasfemia sr. Picardo?
Pero para estupidez, como hacia tiempo que no se atrevían a proclamar, insultando la inteligencia de cualquier mortal, la tenemos en las palabras de un impresentable cualquiera de ERC, que sacando pecho y esperando sacar tajada del dicho "a río revuelto ganancia de pescadores", y nunca mejor dicho aunque no haya tales ganancias, no se le ocurre otra cosa que decir, ni más ni menos y haciendo gala de la deslealtad hacia todo el pueblo español, que ERC apoya a Gibraltar frente a los “abusos y el acoso” de España. Dicho lo cuál, a Alfred Bosch le ha faltado tiempo para envíar una carta de solidaridad al ministro principal del Peñon en la que apoya la autodeterminación gibraltareña.
Sr. Bosch, despierte y salga de sus mundos de Yupi, ¿pero de que abusos me habla usted?.
Seguro que si el sr. Picardo es conocedor de la trayectoria y éxitos políticos del sr. Bosch, el recibir esa misiva no le aportará mucha tranquilidad y confianza en sus futuros éxitos.
Pero yo aun digo más, y sin ninguna clase de mala intención, solo a modo de suposición, aunque todo es posible:
¿Y si lanzáramos en el paso fronterizo los bloques que ellos han fondeado para impedir faenar a los pescadores españoles?
Entonces sí se podría hablar de mala fe, sr. Bosch, pero no de abuso o acoso pues simplemente seria una respuesta proporcionada.
Aludidos todos, así que ojito al dato.