Como un diablo me hablas, como el leviatán y su cercano eco, y como a la maldad misma atiendo
a tu boca osada, serpiente de plata.
Yeny K.
cargado de rabia por la contemplación
de la honesta ignorancia de un mundo
que desconoce un corazón impuro y desechado.
Mas yo te acojo, mi amado bael,
y beso tus ojos profundos y oscuroscon los labios de una mirada arriesgada
que se pierde en los tuyos...
Sé que en tus brazos estoy segura,
y sólo las ascuas del averno me deslumbranpero derruir no puedes mis muros de arena,
cal y arcilla muda.
Guerra en tus pupilas,
contienda en tu mirada,la sangre pugna en tus venas
por ver la del mundo entera derramada...
Mi astarot incauto,
de nuevo hoy yerras;engendro inmundo y bello, hoy amas.
No hubo noche sin su alba alta y bella,
ni existe guerra sin su baldía derrota,
cansada y lenta.