Al oeste de Lisboa, cerca del Palacio de Queluz, hay una abrupta hendidura con una corriente de agua suficiente para su aprovechamiento industrial. Barcarena tuvo primero ferrerías y después iniciado el siglo XVII vivió la instalación de la Fábrica de Pólvora que funcionó hasta el siglo XX.
Se atribuye el diseño de la primera instalación hidráulica a Leonardo Turriano, el segundo gran ingeniero Turriano. Leonardo nació en Cremona y es considerado –sin pruebas- hijo natural del gran Juanelo. Leonardo logró ser el ingeniero mayor de Felipe II como Juanelo lo fue del emperador.
Leonardo trabajó allí donde la corona le requería: Canarias, Norte de África, Portugal o Brasil. Sus trabajos portugueses le hacen ser más conocido en el país hermano que donde ha quedado eclipsado por Juanelo.
En su momento la fábrica trabaja con cuatro ruedas hidráulicas verticales que accionaban otros tanto molinos. La molienda de los tres componentes (carbón, azufre y salitre) era mecánica. Solo se han reconstruido una de las ruedas y sus correspondientes transmisiones mecánicas. El agua se almacenaba en una balsa superior y a través de un canal distribuidor se dejaba caer en chorro por las norias.
El conjunto da cuenta de las distintas fases. Llegó a funcionar una central hidroeléctrica y después una termoeléctrica. El recinto está ajardinado y resulta un lugar muy apacible. Un gran reloj solar ocupa uno de los patios.