"Y ya, cuando empezamos a saber valorar todo lo que nos rodea, observamos que lo más importante ya lo tenemos, la materia, entonces solo nos queda que nuestro cerebro transmita la idea a nuestras manos y que estas hagan los trabajos, que espero sean de su agrado".
Herminio Revilla, junto a su mujer, Carmen Gomez, ha sido el encargado de llenar este lugar de la montaña con sus creaciones, primero en el sótano de su casa, en Aguilar; en 2001 el museo abre su sede en Barruelo de Santullán y en 2013 su obra viaja a su pueblo, donde logrará reunir todos sus trabajos. Más de 600 tallas, utilizando la madera de nuestros montes, de manera que sirve de homenaje a nuestros antepasados, pues se recrean allí herramientas de trabajo que nos llevan a conocer la vida de nuestra gente en el valle de Santullán y Campoo.
Curiosamente, se exponen en este museo varias maquetas moviles, que hacen referencia a oficios desaparecidos. Vienen muchos colegios a visitarlo y los niños entienden lo que era un molino, para qué se utilizaba un martillo pilón, como se herraba una vaca.
Hace unos días se presentaba un libro que habla de la historia del museo, las obras que contiene y el empeño de su artífice, que de alguna manera dan a conocer su obra y a través de su obra, la historia de nuestra tierra.
"Tenemos casi 80 años y cada vez es más difícil para nosotros dar servicio a los turistas. Nos gustaría que alguien se encargara de mostrarlo", indicó Revilla, en dicha presentación
"Ubicado en la pequeña localidad de Villabellaco, el museo y casa taller del artista norteño es uno de los recursos culturales y etnográficos más importantes de la Montaña Palentina."
CUADERNO DE ANOTACIONES
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