Revista Museos

Museo Judío de Berlín

Publicado el 27 marzo 2011 por Alma2061
Museo Judío de Berlín, museo ubicado en Berlín dedicado a la vida y cultura de los judíos en Alemania, desde la época romana hasta nuestros días, pasando por la edad media o la política de exterminio del pueblo judío llevada a cabo por el gobierno nacionalsocialista alemán durante el Holocausto. El museo está gestionado por una fundación independiente y financiado por el gobierno federal alemán.Las primeras iniciativas para la creación de un museo judío en Berlín datan de 1971, año en que la comunidad judía de la ciudad celebró sus 300 años. En 1975 se fundó una asociación encargada de buscar y recoger testimonios, objetos y obras relacionadas con la historia de los judíos en Alemania. A finales de 1978, el Museo de Berlín expuso las primeras piezas significativas de esta colección y creó un departamento judío en su seno.La necesidad de ampliar el espacio expositivo con la construcción de una nueva ala llevó a organizar un concurso público, que fue ganado en 1989 por el arquitecto estadounidense de origen polaco Daniel Libeskind. La primera piedra del nuevo edificio se puso en 1992 y los trabajos terminaron en 1998. El museo y sus colecciones fueron inaugurados oficialmente en septiembre de 2001.El edificio del Museo Judío de Berlín se distingue inmediatamente por la calidad expresiva de su diseño, que sigue la estética del deconstructivismo. Su planta en zigzag recuerda la forma de una estrella de David rota o a un rayo congelado, y sugiere la dificultad del trayecto humano y cultural del pueblo judío en la diáspora. El revestimiento de zinc y las ventanas estrechas e irregulares acentúan la impresión de frialdad y hostilidad que trasmite toda la estructura, similar a la de una prisión o un campo de concentración. La dimensión simbólica del interior del edificio se evidencia en los pasillos oscuros, la imbricación caótica de las vigas inclinadas o el desarrollo de sus angostas escaleras. Superado el vestíbulo, el visitante se encuentra frente a tres recorridos que se entrecruzan: uno conduce a la claustrofóbica Torre del Holocausto, un paralelepípedo de cemento armado alto y estrecho débilmente iluminado mediante una apertura en su parte superior; otro corredor lleva a un jardín integrado por 49 columnas coronadas por ramas de olivo y distribuidas en siete filas de siete columnas cada una; y un tercero que lleva a los espacios expositivos de la planta superior donde se exhiben los objetos, fotografías, películas, libros y todo tipo de documentos relativos a la rica historia de la comunidad judía en Alemania. Finalmente, el vacío es un elemento arquitectónico fundamental en la estructura de todo edificio, metáfora de la ausencia, de la nada en la que perecieron asesinados más de seis millones de judíos durante el Holocausto.

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