Revista Sociedad

Museo Wolf Vostell Malpartida

Publicado el 12 octubre 2013 por Jordi Martinez Aznar
Museo Wolf Vostell MalpartidaBueno, hace unos días, como supongo recordaréis, os comentaba que había un lugar de Extremadura que no me había gustado para nada. Se trata del Museo Wolf Vostell Malpartida, situado en Malpartida de Cáceres, provincia de Cáceres. Sinceramente, este ha sido uno de aquellos lugares de los cuales he salido con la sensación de que me habían tomado el pelo. No dudo que hay que tener bastante imaginación para poder realizar estas figuras, pero mucho me temo que, en no pocas ocasiones, la sensación del visitante es una bien distinta a la que el artista quiso plasmar en su obra. Quizás es porque yo no estoy acostumbrado a esta clase de cosas o porque el arte nunca me ha llamado demasiado la atención, pero al menos en mi caso salí del citado museo sin esa sensación que probablemente buscan muchos artistas de remover la conciencia o las mentes de los visitantes. En mi caso particular, así como en el caso de las dos personas que me acompañaron, ni una cosa ni la otra. Es más, estas dos personas salieron con la misma sensación que tuve yo: Que el artista, al igual que todos los que suelen hacer esta clase de "arte", se debe estar riendo desde la tumba por todos los pardillos que hemos visitado su museo a lo largo de los casi cuarenta años que está abierto, ya que fue inaugurado en 1976.
Personalmente, este tipo de arte conceptual nunca me ha interesado del todo, por no decir nada, y es que, a la hora de hablar de arte, a mí personalmente me gusta ver algo que pueda entender o conmoverme, cosa que no me pasa con estas cosas. Eso de tener que comenzar a pensar en lo que quiso decir el artista al crear tal o cual obra y que todo lo que veas pueda tener un significado súper profundo, pues como que no. Muchos podrán pensar que soy un conformista, pero cuando me gasto una cierta cantidad de dinero para visitar un lugar, sobre todo cuando estoy de vacaciones, me gusta relajarme, no comenzar a darle vueltas a la cabeza sobre qué nos quiere decir nadie. Por otro lado, yo veo un coche en el que le han quitado el motor y le han puesto un piano y no me dice absolutamente nada. Lo primero que me pasa por la cabeza al ver estas cosas es que el artista en cuestión se aburría y un buen día le dio por hacer esto. En lo que sí le doy alguna vuelta a la cabeza es en qué narices estaría pensando para realizar una obra así.
Museo Wolf Vostell Malpartida
Pero no todas las obras pueden parecer carecer de significado para una persona no iniciada en estas cosas. Si uno ve cierta cantidad de televisiones con cemento, quizás puede pensar que es una crítica del artista hacia el mundo audiovisual, pero si uno ve, por ejemplo, un coche al que le han puesto varios rastrillos que se mueven con algunos pequeños pequeños motores, pues como que te quedas como si nada.
Museo Wolf Vostell Malpartida
En definitiva, que si a uno no le gusta este tipo de arte, pues mejor que no vayáis, aunque si uno no visita este lugar, al menos desde mi punto de vista tampoco se perdería gran cosa. Si por el contrario os gusta entreteneros entre cachibaches varios,
Museo Wolf Vostell Malpartida

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