Me resulta fascinante comprobar la versatilidad de un objetos como los drones, o también conocido como vehículos aéreos no tripulados (UAV en inglés, Unmanned Aerial Vehicles), que tradicionalmente ha tenido aplicaciones de inteligencia o militares, pueda convertirse en un soporte publicitario sofisticado, novedoso y extremadamente impactante y atractivo.
Muestra de ello es que ha sido utilizado en Bélgica recientemente por Spotify para una acción muy impactante en un festival de música: perseguir a los asistentes al festival haciendo sonar su canción favorita. La mecánica era obligar a los asistentes a indicar su canción favorita en el momento de adquirir la entrada. Cuando la recogían un UAV los sobrevolaba haciendo sonar su canción preferida. Una campaña táctica que ofreció una nueva forma de experimentar el festival.