Revista Espiritualidad

Música del mundo: el papel de la música al viajar

Por Vanessa Vanessa Guízar Marín @PortalEspejo

Parte II: Sensaciones musicales al viajar a otro Continente.

MÚSICA DEL MUNDO: EL PAPEL DE LA MÚSICA AL VIAJAR

Yo en Madrid

Mi familia y yo (que en realidad somos mi madre y yo) nos mudamos hace años de México a Madrid, España, donde estudié teatro durante varios meses. Allí, en mi amada escuela La Barraca, Teatro Popular, la música definitivamente jugó un papel importante, ya que trabajó como un factor de unión entre toda la gente que estaba involucrada con el proyecto en aquel entonces. Voy a escribir lo más conciso posible sobre el Taller Internacional que tuvimos en enero de 2006. Nuestro profesor invitado principal fue el actor cubano Carlos Pérez Peña, y uno de sus ejercicios consistía en hacer una canción colectiva. Cada uno de nosotros tenía que cantar la primera frase de una canción que se le viniera a la cabeza, y resultó muy interesante, porque éramos de diferentes países (España, Argentina, Francia, Venezuela y México), con diversos antecedentes personales, por lo que el resultado fue una mezcla rara, y extremadamente ecléctica, en varios idiomas. Cuando llegó mi turno, me quedé en blanco. La única canción que se me ocurrió contenía la siguiente letra: << Los hombres barbados llegaron en barco / Y todos dijeron: "Mi Dios ha llegado" >>, haciendo, obviamente, una referencia sarcástica a la colonización de México, y era, por decirlo de alguna manera, gracioso escuchar a los españoles cantar eso. Yo soy fan de Lila Downs, a cuyo álbum La Línea  pertenece esta pista, y ese fue el momento máximo de mi admiración, por lo que no podía dejar de tocar sus discos. Sin embargo, a pesar de que la habíamos oído como mil veces, el significado de la canción típica oaxaqueña, La Llorona, había cambiado para mi madre y para mí. Era como un recuerdo sombrío de lo lejos que estábamos de casa, y también se sentía ajena a veces, como si de repente observáramos nuestra vida pasada a través de una ventana. Les mostré ésta y otras canciones mexicanas a mis amigos, y manifestaron que tenían una nueva perspectiva de la cultura mexicana, y está claro que no fue mi mérito, sino de la música. Lo que mi madre recordaba más sobre esto, fue el CD de Andrea Bocelli que solía poner, porque la primera pista, Concierto de Aranjuez , que no era más que una bonita pieza antes, se convirtió en algo apegado a su corazón, porque ahora vivíamos en Aranjuez, y llegamos a querer esa pequeña ciudad como propia. Muchos otros de mis mejores recuerdos de esta experiencia tuvieron un acompañamiento musical: la composición de mi querido profesor Jaime Losada para una escena de Yerma de García Lorca, en la voz temblorosa de Verónica, mi mejor amiga, los tambores africanos en el estéreo del coche de Irene cuando íbamos a Sonseca para ver el espectáculo de Carlos Pérez Peña, que incluía sorprendentes interpretaciones en vivo de algunas de las más conmovedoras canciones clásicas de América Latina, y la voz de Mick Jagger brotando de los auriculares de otro amigo querido, mientras que él mismo lo emulaba con su flaca humanidad y movimientos epilépticos. Cinco años más tarde, regresé a Madrid, y ahora tenía compañeros nuevos en La Barraca, que eran más festivos que mi grupo pasado. En una "marcha" (ir de antros) llegamos a un restaurante-bar llamado La Lirio, y la mismísima Lirio, que era una canta'ora que conoció muy buenos tiempos, cantó para nosotros en una noche memorable. Creo que esa es la mejor experiencia musical de folclor español que tuve en Madrid. Además, tal vez por las nuevas tecnologías, no sentía que la brecha fuera tan grande como antes; otro signo del proceso de la Comunidad Mundial. En resumen, creo que la música siempre es el tejido conectivo, en cualquier momento, en la ruptura o la unificación, entre las naciones, los individuos, y, desde luego, entre el alma y la mente.

MÚSICA DEL MUNDO: EL PAPEL DE LA MÚSICA AL VIAJAR

Carlos Pérez Peña


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