Revista Cine
El solista es un film que decepciona por todos los frentes.
Una pena, teniendo en cuenta el director tras las cámaras: Joe Wright.
Luego de demostrar su virtuosismo y talento enormes desde su ópera prima, Orgullo y precio, y en su segundo largo, la magnífica y no del todo alabada Expiación, deseo y pecado, Wright debutó en Hollywood con un guión bastante pobre, firmado por Susanah Grant, que ha demostrado mejores cosas con En sus zapatos y en Erin Brockovich, sobretodo.
Lo han dicho los críticos, esta vez con certeza: estamos ante la típica historia endulzada que gusta al mainstream hollywoodense, de una persona que descubre los talentos innatos en otra, pero que por ciertos motivos (físicos y/o mentales) no logran salir a la luz, como cualquier mortal con un don bajo el brazo desearía.
Ahora bien, si Robert Downey Jr. trabaja "de taquito", no niego que su presencia en el film es constante, y que al menos está correcto. Distinto es el caso de Jamie Foxx, un actor que no ha encontrado papeles interesantes tras su Oscar por Ray, al igual que su coterráneo Forest Whitaker.
Su labor es insoportablemente melodramática, y si uno trae consigo la carga de un film ambicioso en querer "entrarle" al espectador por el lado de la emoción, nada peor que las escenas dramáticas de Foxx.
Nota aparte, eso sí, para un plano secuencia en un callejón tomado por gente que vive en la calle, en el que Wright se hace sentir, y da rienda suelta a sus movimientos de cámara y a su creatividad para la puesta en escena. Pero no alcanza, como así tampoco los acordes de su habitual colaborador Dario Marianelli, quién no luce siquiera con su banda sonora, como nos tiene habituados en otros films.
Espero, y deseo, que Joe Wright siga pronto por el buen camino en el que comenzó. Aún es joven, y tiene dos grandes películas a sus espaldas. Hay que ser moderado. La próxima, será mejor...