Música para feos.
Lorenzo Silva
Actualmente tiene tres novedades en el mercado. Una reedición en bolsillo de El blog del inquisidor; otra obra semi-inédita, El hombre que destruía las ilusiones de los niños, libro de relatos hasta ahora sólo publicado en digital que incluye 4 nuevos relatos; y una novela totalmente inédita. Un giro de 180 grados respecto al género que venía practicando en los últimos años. Hacía 20 años que Silva no escribía una historia cuyo eje central fuera el amor. Música para feos es una novela que le sirve para despegarse del cartel de Chamorro y Bevilacqua y, con el cambio de género, abrirse a nuevos lectores.
Pese a la complejidad del amor, más cuando se trata de una pareja que se encuentra en un momento bajo en sus vidas y tiene que vivir una historia "a contracorriente", Silva ha escrito una novela sencilla. Un estilo directo en cuanto a narrativa e intención. No se adorna con florituras ni en los hechos ni en la prosa. Va directamente al grano, cuyo punto de efervescencia se alcanza hacia el final con un hecho que revuelve la historia. No es convencional en cuanto a lo que el lector espera al abrir una novela de amor por esa ausencia de romanticismo magnificado o melosidad. Es sin embargo, una historia bastante realista de dos personas que ya no viven el amor y las relaciones de pareja como con quince años. Un tempo sereno, sin grandes sobresaltos, y una lectura ágil que mantiene al lector a la espera.
Hay música, mucha y buena (el libro incluye una lista de reproducción de las canciones que se mencionan en la trama). Pero esperar que nos envuelva en una nube de ensoñación romántica es un error. No deja por ello de ser una historia de amor, posiblemente más real que cualquier otra, que sirve para descubrir o redescubrir a Silva en otro género.
Contraportada:
Se conocen por azar, en un local nocturno en el que ninguno de los dos pinta gran cosa. No han tenido mucha suerte en la vida, ni les quedan demasiadas esperanzas de tenerla alguna vez. Ella es una periodista al borde de los treinta que subsiste con un subempleo que detesta. Él, mediados los cuarenta, se obstina en ser un misterio y no desvelar a qué se dedica. Podrían no haberse vuelto a ver nunca; al fin y al cabo, la imaginación y la gente acaban casi siempre por mentir. Pero una semana después se reencuentran y, como en la canción, en una habitación de hotel, saben que la música está de su parte.
[Primer Capítulo - Leer]
MÚSICA PARA FEOS
Lorenzo Silva
Destino, 2015
224 Págs.
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