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Películas - por Pilar Alonso
Esta película, titulada originalmente The Glenn Miller Story, narra la vida del famoso músico norteamericano, interpretado por un maravilloso James Stewart. Ganadora de un Óscar al mejor sonido y dos nominaciones por la banda sonora y el mejor guión original, se estrenaba diez años después de la desaparición de Miller durante la Segunda Guerra Mundial.
La cinta explora algunos de los episodios que marcaron la carrera del músico, sus modestos inicios en California y su posterior éxito en New York tras años de duro trabajo y de búsqueda de un sonido propio, un sonido que la juventud norteamericana no tardaría en adoptar.
En la película juega un papel primordial su esposa Helen Berger, interpretada por una June Allyson más que convincente, que es apoyo e inspiración constantes. Y también figuran no sólo varios de los componentes de la auténtica banda de Miller, también algunos músicos que le conocieron y que se interpretan a sí mismos: Loui Amstrong, Gene Krupa o Ben Pollack entre ellos. Es fantástica la escena en la que varios de ellos actúan sobre el escenario para celebrar la boda entre Glenn y Helen.
Porque la música es esencial en esta película, los arreglos musicales que hicieron famosos a Miller y a su orquesta, magníficamente interpretados. Es imposible permanecer con los pies quietos mientras suenan piezas como Moonligh Serenade, Pennsylvania 6-5000 o In the mood, que fue número uno durante quince semanas consecutivas en 1940.
Es muy probable que la película, un tanto edulcorada, no sea una visión real del personaje y que las cosas no sucedieran tal y como nos las presenta su director, Anthony Mann, pero la historia funciona de principio a fin, la música es estupenda, tiene buena fotografía, buen elenco de actores y algunas escenas fascinantes.
Música y lágrimas es un excelente tributo a uno de los mejores músicos del siglo XX.