Verde inspiración
Experiencias musicales comprometidas y activistas. Desde el Paraná, los ríos de la Patagonia chilena y las diagonales platenses, Jorge Fandermole, el trovador Alonso Nuñez y La Modernidad de Apolillarse cuentan por qué eligen la naturaleza como fuente de creación artística. Incluso en épocas de crisis ambiental, todavía cantamos.
por Florencia Yanniello
(TV) “Las miradas de los artistas están fuertemente condicionadas por el ambiente; por la llanura en aquellos que son de la llanura, por la montaña, por el mar o por lo ríos, hay un carácter que esta afirmado en el fluir que uno tiene como vecino”, dice Jorge Fandermole, el cantautor santafecino precursor de la trova rosarina de los `80 y creador de memorables canciones interpretadas y grabadas por Juan Carlos Baglietto, Mercedes Sosa, Ana Belén, Silvina Garré y Liliana Herrero, entre otros.
Fandermole tiene una fuerte vinculación con la naturaleza y se inspira en ella para sus composiciones. “La cultura humana solamente es sustentable si hay un concepto ambientalista que la sostenga, porque no es posible cultura sin ambiente. Entonces yo creo que soy ambientalista porque tengo una idea de pertenencia al ambiente y no inversa”, explica.
Jorge Fandermole, emblema de la trova rosarina (Revista Leviatán)
Y es que la música, pasión compartida por muchos, además de ser un arte, es una herramienta concreta de expresión y de difusión. “Dependemos físicamente del suelo del aire, del agua, pero no solamente como entes biológicos sino además como entidades espirituales. En el caso mío pasa por lo artístico”, agrega Fandermole, quien se autoproclama defensor de los ríos de su región.
“¿Cómo sería posible una poética como la de Juan L. Ortiz? ¿Cómo sería posible una poética dentro de lo musical y dentro de lo cancionístico como la que configuraron gente como Aníbal Zampayo o Ramón Ayala, si no estuviesen vivos el rio Uruguay y el rio Paraná?, ¿sería posible una poética semejante al lado de los ríos europeos que están muertos, por ejemplo como el Rin?”, se pregunta el compositor en el documental “Paraná, gigante en peligro”, realizado por el Taller Ecologista de Rosario, en donde se analiza la situación ambiental y social del río Paraná y las islas, relatando las alternativas propuestas desde organizaciones ambientalistas.
Fandermole cuestiona el discurso del progreso, un alegato que se repite al momento de convencer a la población de que un mega emprendimiento traerá bienestar y desarrollo regional: “Es siempre un peligro y una sensación de inminencia cuando uno va viendo cómo esas instancias de aparente progreso, que vienen siempre ancladas en la idea de productividad estrictamente, hacen florecer a la costa de los ríos sistemas que todos sabemos que son muy jodidos. Cuando uno dice ¿qué postura tomamos frente a eso? Y bueno, la postura es de rechazo y de reacción. No es ese el tipo de rio que yo quiero.”
Despabilando conciencias
Los integrantes de La Modernidad de Apolillarse, la banda platense que supo transgredir lo urbano y cantarle a la naturaleza entre tantas diagonales y adoquines, también coinciden en que “el arte es siempre un reflejo o un termómetro de su propia sociedad”, como señala Sebastián Morro, la voz del conjunto.
“El compromiso con el medioambiente es igual de importante que el que tenemos con otras problemáticas de este tiempo, y se debe a que la contaminación y el abuso de los recursos naturales es tan sólo uno de los escandalosos efectos de que tiene esta política económica”, dice Sebastián y agrega: “Pero la cuestión ambientalista es especialmente alarmante. Es quizás donde se hace más grosera la relación de beneficio que existe entre los intereses de los sectores empresariales y las políticas de estado. De todos los estados. Y pareciera que nada podemos hacer al respecto, más que denunciarlas y despabilar conciencias, y en nuestro caso, mediante canciones”.
De esta manera, La Modernidad sacó en el 2008 su primer disco: “La Historia del Agua”. Con un nombre sugestivo, el álbum incluye canciones alusivas al monocultivo de soja, al cuidado del agua y otros temas de corte ambiental.
“Nosotros no escribimos canciones con todas las temáticas posibles. Nos esforzamos o dejamos que brote, pero el caso es el mismo, tiene que cuadrar en una canción, tiene que verse natural y fresca en algo tan pautado como lo es una canción.”, dice Manuel Núñez Canteli, guitarrista de La Modernidad. Por su parte, Sebastián agrega: “Una canción puede movilizar muchas cosas por dentro de quien la escucha”.
La Modernidad y su desafío de reanimar una larga tradición trovera (www.lamodernidad.com.ar)
Con respecto a la posibilidad de la música como una herramienta de lucha, Manuel es optimista: “No sé si la gente que nos ve o escucha cambia su forma de proceder, o al menos si se entera de ciertas cosas. No ignoramos en cambio que una obra de arte tiene ese poder. Ojalá la nuestra lo tenga.”
La Plata es una ciudad repleta de conflictos ambientales: dificultades con la gestión de residuos, un gran polo industrial a pocos kilómetros del centro urbano, y la contaminación del las cuencas acuíferas, son algunos de los más salientes. A pesar de la gran cantidad de problemáticas, la capital bonaerense también se caracteriza por la movilización vecinal y la proliferación de organizaciones y asambleas barriales.
“Residimos en una ciudad, que en términos ambientales es una mancha, un espacio perdido. La guerra está en los alrededores, en las zonas aledañas, en donde quede algo de verde que cuidar y donde aun se pueda recuperar, o en los cada vez más restringidos espacios vírgenes”, reflexiona Manuel.
El guitarrista de La Modernidad considera que en este sentido es importante la política, ya que sostiene que es la que dictamina una forma de relacionase con el medio ambiente a través de usufructo, la propiedad y la utilidad. “Hay que educar al animal humano. Es un problema de conciencia, es nuestra raíz cultural europea y su estructura económica lo que se está mostrando inviable”, agrega.
En la biografía que figura en la página web de la banda, se definen como un grupo que “se propone reanimar una larga tradición trovera”, es decir, una tradición de artistas que han sido consecuentes en su arte, con su vida y su lugar, “observando su interior, su alrededor, y luego emitiendo, genuinamente”.
La Modernidad, además, se identifica con una inspiradora frase de Van Gogh: “El arte es el hombre agregado a la naturaleza”.
Del otro lado de la cordillera
Alonso Nuñez es un músico y compositor dedicado a defender y difundir la canción de autor. Su compromiso con la causa ambiental está directamente condicionado por su lugar de origen: la Patagonia chilena, tierra de hermosos paisajes codiciada por su riqueza natural.
“La primera canción que compuse con respecto al medioambiente nació en mi tierra. Por esos días teníamos encima la amenaza de Noranda, una empresa dedicada a producir aluminio. Sentí la necesidad de hacer canción mi descontento. Más que una canción ecológica es un llamado a la gente de mi tierra a hacer cosas, a actuar antes de que se destruyera nuestro entorno”, cuenta Alonso.
Alonso Nuñez, defendiendo los ríos de la Patagonia Chilena desde la canción (www.alonsonunez.cl)
El compositor chileno siempre difundió su trabajo de manera independiente y autónoma. Realizó conciertos en importantes ciudades del país como Santiago, Valparaíso, Concepción, Temuco, Valdivia, Coyhaique y también en el extranjero. Es considerado uno de los referentes de la nueva generación de cantautores comprometidos de Chile. “Mi compromiso, más que con el medio ambiente, es con la gente que se ve afectada con todos estos tipos de mega proyectos monstruosos y que finalmente no dejan más que destrucción y pobreza en los lugares que intervienen”, señala.
Alonso creció en la Patagonia, a orillas del Río Aysén, y con el tiempo su arte fue girando hacia una lucha regional contra las represas. “La música es una herramienta muy importante para la gente, un transmisor eléctrico más rápido que el agua. Con una canción atraviesas cualquier tipo de corazas y emocionas, sobre todo si estas hablando de temas que has vivido y que no estas inventando”, asevera.
Con respecto a las problemáticas de su región, Alonso considera que es importante el papel de las administraciones públicas en los conflictos ambientales: “En chile hay un problema grave con los gobiernos de «concertación» y de «izquierda», que antes fue la dictadura de Pinochet, pues han dejado en manos de transnacionales todos nuestros recursos naturales. Si te fijas hay movimientos en Pascualama, movimientos por denunciar a las Salmoneras, Movimientos por la nación mapuche, por la Libertad de Elena Varela y un movimiento grande en el sur en contra de la construcción de las represas de Hidroaysén”, explica.
En abril de 2008 Alonso fue invitado a abrir el mega concierto “Cumbre por una Patagonia sin represas” en la estación Mapocho, en Santiago de Chile. Compartió el escenario con Vicentico, Sol y Lluvia y Chico Trujillo y al recital asistieron cerca de 6000 personas.
“La gente se identifica y siente que uno desde un escenario puede multiplicar los miles de llamados y demandas que hacen día a día. En este camino te vas encontrando con compañeros que sintonizan lo mismo que uno y generalmente son gente muy apasionada y personas con las cuales aprendes mucho”, señala.
La región de Aysén está constantemente amenazada por las represas, ya que se trata de una zona con caudalosos ríos que desembocan en lagos o en el mar. Estos emprendimientos ponen en peligro la integridad ambiental de la Patagonia chilena con la excusa de enfrentar la mayor demanda eléctrica del país, sin contemplar el uso de energías renovables que podrían satisfacer dicha demanda.
Enarbolando la bandera de la campaña “Patagonia sin represas”, Alonso se encontró con los Pescadores Artesanales del Litoral Patagónico y se involucró en su causa: “A caballo durante nueve días profundicé más mi compromiso contra Endesa- empresa constructora de las centrales hidroeléctricas- en mi tierra y en las calles me he encontrado con las canciones más comprometidas y no he dudado en hacerlas y cantarlas donde se me de la gana”, cuenta.
Alonso se queda con una letra de Victor Jara; quién mejor que él para ilustrar el compromiso desde la canción: “Es el canto universal cadena que hará triunfar el derecho de vivir en paz”.
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