
Por Fernando Fernández Fuentes

Difícil resulta, pues, que con estos planteamientos se tenga en consideración el beneficio que aporta, sobre todo, a niños y adolescentes en su proceso formativo. El evidente y constante desprecio que demuestran los diseñadores de áreas educativas, incluyéndola y retirándola alternativamente de los programas curriculares de la enseñanza, no consiguen sino cercenar el desarrollo de grandes y diversas áreas del proceso de crecimiento personal del estudiante.


No es menor el aporte sobre el área de coordinación, reflejada en las alternancias entre ambas manos, al tener que ejecutar pasajes diferentes, voces distintas, etc. De igual modo, la aportación de la música es fabulosa en cuanto a lo referido a las disciplinas que gobiernan el trabajo de equipo, favoreciendo los procesos de empatía y gregarismo, mediante la participación de grupos de ejecutantes, como es el caso de los coros u orquestas y conjuntos de varios instrumentistas.

No en menor medida hemos de tener en cuenta el desarrollo del sentido de la armonía y coherencia que un buen acercamiento a la música nos aporta.
Pocos son quienes, desde fuera del campo profesional educativo, conocen la teoría de “inteligencias múltiples” De Gardner. Incluso entre quienes tienen responsabilidades formativas tampoco resulta suficientemente conocida, pero eso no es óbice para que no sea tenida muy en cuenta, determinante como resulta para el desarrollo del estudiante y, en general, para cualquiera de nosotros. Por tanto, no ayuda demasiado apartar a un lado esta materia, a veces por desidia, a veces por desconocimiento. La ausencia de esa disciplina nos priva a todos, seamos educandos, o no, del máximo desarrollo de muchas de nuestras capacidades.

Nada resulta tan irreal como una consideración de la música, en cualquiera de sus múltiples vertientes, como una materia insignificante e inocentemente lúdica, sin ningún otro valor o aporte.
Fernando Fernández Fuentes
Fernando Fernández Fuentes es periodista licenciado por la UAB. Fundador de la facultad de Ciencias de la Información del País Vasco. Funcionario de carrera en la administración del estado. Aficionado a la música, la literatura, neurología y meditación, tecnología y sociología política. Desempeño durante 32 años funciones de analista el Gabinete Ministerial de Sanidad y Consumo hasta el año 2013.
