El sexo y la música han mantenido una estrechísima relación que se ha ido conservando y estimulando a lo largo de las últimas décadas. No lo decimos nosotros; hay una gran infinidad de estudios que durante los últimos años han querido demostrar de forma científica hasta qué punto influyen el sexo en el mundo de la música, y viceversa.
Por ejemplo, según un estudio realizado en 2009 por el profesor de psicología Dawn R. Hobbs, el 92% de las canciones que ese año alcanzaron el Top 10 en el Billboard Hot 100 de singles tenían alguna referencia sobre el sexo o mencionaban algunas prácticas concretas. Era el año de temas como ‘LoveGame’ de Lady Gaga, ‘If You Seek Amy’ de Britney Spears, ‘Sexy Chick’ de David Guetta y Akon o ‘Whatever You Like’ de T.I..
Otra investigación realizada por LA Times en 2014, argumentaba que las canciones pop se centraban ahora más que nunca en temáticas sexuales. Y es que, según ese mismo estudio, desde comienzos de los 90, la palabra sexo cada vez tenía más presencia en los resúmenes anuales del Billboard Year-End Hot 100, concluyéndose que ese contenido era mucho más popular que el que se centraba en en otras temáticas. Al fin y al cabo, es algo que todos practicamos de alguna y otra forma por lo que es fácil sentirse identificado con una frase puntual en una canción que hable sobre una relación sexual.
La industria musical y las grandes figuras internacionales han sabido explotar la simbiosis entre música y sexo de una forma brillante a través de videoclips que han acabado acumulando millones de visionados. Todos recordamos la época de Madonna con ‘Justify My Love‘ o el emblemático ‘Erotica’ de 1992 en el que el bondage, el cuero y los juguetes sexuales formaban parte de un montaje audiovisual que provocaba, excitaba y escandalizaba a partes iguales.
Desde entonces, artistas pop tan conocidos como Rihanna, George Michael, Beyoncé, Miley Cyrus, Justin Timberlake, Justin Bieber, Kylie Minogue o Britney Spears han jugado de una u otra forma con el erotismo y la sexualidad en sus videoclips.
Como decíamos anteriormente, no es nada casual. El sexo interesa y forma parte de nuestro día a día. Es más, nuestro cerebro es capar de liberar dopamina del mismo modo cuando tenemos alguna práctica sexual o cuando una canción que nos encanta comienza a sonar.
De hecho, según otro encargado por la plataforma Spotify a la Universidad de Londres, se concluyó que el 40% de las 2.000 personas encuestadas podían sentir más excitación con una buena canción que con una caricia durante un acto sexual.
Y es que la música y el sexo mantienen actualmente una relación muy estrecha sin fecha de caducidad. De hecho, no dejan de proliferar artículos en cientos de webs recomendando canciones para hacer el amor, además de hablar de los beneficios de escuchar música mientras se practica el sexo.