Revista Conciertos
Martes 3 de mayo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo: Concierto "II Jornadas de Solidaridad con África", Fundación "El Pájaro Azul". Orquesta Clásica de Asturias, Elisabeth Expósito (soprano), Daniel Sánchez Velasco (director). Obras de John Falcone, Mozart y Beethoven. Entrada donativo: 15 €.Nuevo concierto de la OCA y el programa elegido por el Maestro Sánchez Velasco en su línea e ideario que no me importa transcribir nuevamente: "Colaborar con diferentes entidades para acercar la música al público" y "colaborar con diversos compositores para difundir sus obras". El primero objetivo este martes fue pleno y además SOLIDARIO, con dos obras del Clasicismo que no me cansaré en defender como base para todos, intérpretes y público, mientras el segundo servía de inicio para un concierto capicúa como ya expliqué la primera vez que hicieron este programa, y donde simplemente cambiamos pianista por soprano, pero manteniendo a Mozart.John Falcone y su "Vueltas para orquesta" es una breve composición para una plantilla orquestal clásica, hoy dispuesta a la vienesa, que como bien explicó Daniel en la prensa y antes de escucharla, "Se basa en un tema, en un solo de fagot, muy conocido y le da todas las vueltas que un estudiante, un músico, le daría hasta dominarlo. Lo aborda de izquierda a derecha, por todas las tonalidades e instrumentos". Continúa explicando que "El tema sale del último tiempo de la cuarta sinfonía de Beethoven que tocaremos al final, así que el programa es capicúa". Tercera vez que la escucho y me corroboro: juego musical desde una óptica atemporal con guiños al jazz (en Falcone no puede faltar) y que me trajo a la memoria al gran orquestador Gil Evans, jugando con melodías y tímbricas que realmente le dan vueltas a ese Allegro ma non troppo beethoveniano que seguramente le habrá traído de cabeza muchas veces con su basoon, de trazos finos "deudores" de Lenny, pero también brochazos claros, fiel reflejo del sentido del humor del Gran John siempre presente y con mucho oficio a sus espaldas llevado a la partitura. Si además la obra comienza a "rodarse" y los músicos la disfrutan como esta tarde, el placer lo contagian al público. Las "vueltas" cada vez suenan más redondas.El Mozart vocal nos lo trajo la archivera de la OSPA, Elisabeth Expósito, soprano que continúa estudiando, y muy bien, con Elena Pérez-Herrero, afrontando la difícil partitura que es el Exsultate jubilate, en Fa M., K. 165, con solvencia, afinación, asentándose en cada uno de los tres movimientos (el Andante realmente bien interpretado), de voz aún "pequeña" pero con un color apropiado para la obra, midiendo bien, sin arriesgar demasiado en las complicadas y diabólicas agilidades de la obra (la prudencia siempre es buena consejera) y perfectamente concertada por el Maestro Sánchez Velasco, respirando con ella llevando más que acompañamiento coprotagonismo con una orquesta perfecta para este motete (sólo faltó el órgano) donde todos estuvieron realmente bien, ofreciéndonos una versión más que aseada que ni siquiera "grandes voces" famosas lo dan todo, y qué mejor forma de concluir que con ese Aleluya realmente emocionante y sin exagerar los tempi. Bien por Elisabeth que está en el buen camino, además actuaciones con orquestas como la de hoy siempre ayudan... y mucho.La segunda parte estaría ocupada por la esbelta doncella griega entre dos guerreros nórdicos (como escribió Schumann), esa dinámica Sinfonía nº 4 en Si b M., Op. 60 de Beethoven (que con la de hoy he escuchado cuatro veces y todas distintas). Sus cuatro movimientos (Adagio-Allegro Vivace, Adagio, Allegro molto e vivace - Trio. Un poco meno allegro y Allegro ma non troppo) resultaron, como comentó mi admirado Pablo González, presente en "su casa", efervescentes, sin las carencias del primer día que, como aventuraba, se subsanaron con más trabajo y esfuerzo, siendo, como dice el refrán "a la tercera... la vencida".Las anotaciones de D. Aldo Ceccato puedo asegurar que se notan y agradecen, más la versión "solidaria" resultó auténticamente "capicúa", tras un tercer movimiento que vibró potente más un cuarto de tempo algo más contenido para lograr olvidarnos del "Suspenso" en el estreno, lograr el "Suficiente" y subir la nota hasta un NOTABLE ALTO de este primer martes de un mayo que se avecina completito en cuanto a actividad musical. Disfrutamos de una cuerda que sonó cohesionada y con la tensión perfecta en una plantilla equilibrada, plenamente ajustada a lo compuesto por el de Bonn, y colocada, como ya indiqué en los anteriores comentarios, a la vienesa, dando esa sonoridad tan necesaria y a veces olvidada en obras como La Cuarta del Sordo: violines I y II a ambos lados, contrabajos atrás a la izquierda con los timbales, perfectamente acoplados, y viento atrás, con madera en el centro y metales a la derecha, esta vez TODOS PERFECTOS.La satisfacción al finalizar fue enorme, incluso me olvidé del dichoso fútbol que minó asistencia al concierto (¿dónde está la afición musical?) y estuve compartiendo alegrías con algunos de los músicos, y es que la OCA estuvo "fina y segura" (con perdón por el slogan), afinada, escuchándose, haciendo música juntos, menos pendientes del papel y más del maestro avilesino desde el podio. El largo y tortuoso camino se va despejando y enderezando, "el cesto ya va tomando forma con esos mimbres", buenas maneras y como siempre muchas ganas de trabajar disfrutando. Por si fuera poco, además, SOLIDARIOS.Sigo presumiendo de esta música "Made In Asturias".