(JCR)
« En los lugares deprimidos la música es mas alegre ». Recuerdo haber oído esta frase hace más de 20 años al cantante sudafricano Johnny Clegg y no puedo estar más de acuerdo con él por lo que a África se refiere. Y si hay un país donde la música lo invade todo y está presente en mercados, calles, hogares, eventos deportivos y actos sociales de todo tipo ese país es la República Democrática del Congo, desde donde les escribo estas lineas. Por eso extraña poco que durante la campaña electoral que se desarrolla aquí los músicos congoleños se hayan lanzado a ella con todos sus ritmos imparables.
Pocos países del mundo hay donde los músicos tengan una influencia tan grande en su sociedad. Estas en casa de una familia congoleña y de uno de sus rincones suena una melodía que sale de una radio minúscula y que piensas nadie sigue. De repente, la señora de la casa suelta muy seria : « Pues tiene razón Pepe Kalle. Los hombres son unos egoístas que hacen perder el tiempo a las chicas. Las engatusan, pero pasa el tiempo y a la primera de cambio dejan a la novia del ultimo año por otra más joven ». Y su vecina responde : « Eso mismo lo decía ya Mpnogo Love, que ademas aconsejaba que el marido y la mujer no se enfadaran tanto y hablaran más a menudo de los problemas de la familia ». « Si, porque si no el hombre acaba cogiendo el SIDA y pasándoselo a su mujer, como cantaba Franko, y mira que el pobre también murió de SIDA », tercia otra señora que acaba de llegar con un bidón de agua. Y así puede comenzar una conversación que dure varias horas hasta que el «fufú» este listo para todos los niños.
No me extraña que en lugares donde la vida es dura la gente viva al son de la música. Cuando la existencia cotidiana es una mezcla de monotonía, sufrimiento y frustraciones pocas cosas levantan más el animo como la música. Yo mismo, cada vez que viajo a África, pocas cosas me devuelven tanto la alegría de vivir como los sones de guitarras dulces que salen de todos los rincones por donde bulle la vida en mercados y chiringuitos en cualquier esquina.
En la república Democrática del Congo los cantantes son realmente líderes de opinión. Su música –conocida como «sukus» o «rumba»- ha marcado la vida cultural de toda África. En los años 70 y 80 los congoleños, y muchos otros africanos, bailaron al ritmo de canciones de leyendas musicales como Franko, Tabu Ley Rochereau, Feya Tess, Pepe Kalle, Papa Wemba y Kanda Bongo Man (este último de Congo Brazzaville). Muchos de ellos han vivido en el exilio. Mas recientemente han surgido otros con gran talento, como Koffi Olomide, Ifali Ipupa y Tshala Mwana. Mención aparte merece Lokua Kanza, que hace una música mas intimista y menos bailable, lo que hace que sea más popular fuera del Congo que en su propio país.
Durante la presente campaña electoral, los tres músicos mas populares del Congo han echado su suerte con Kabila y a todas horas se oyen sus nuevas canciones en honor del presidente. Se trata de Tshala Mwana, Papa Wemba, Koffi Olomide. También apoyan abiertamente a Kabila los siguientes musicos : Felix Wazekwa, Werrason, Karmapa, Reddy Amisi, Blaise Bula y Lutumba Simaron. Personalmente, me desilusiona que quienes han hecho una música reivindicativa en el pasado ayudando a la gente a sonar con un país distinto ahora se vendan al poder. Me imagino que es la misma sensación que produciría a un votante de Izquierda Unida si de repente Ana Belen y Victor Manuel se dedicaran a hacer campana por el PP. En el Congo esto sí es posible.
Solo quedaban dos cantantes simpatizantes con la oposición. Se trata de Ifali Ipupa y de Fabrice Mumpfiritsa. Este ultimo resistió tentadoras ofertas de cantar para Kabila y el pasado 4 de noviembre desapareció del mapa después de que hombres en uniforme se presentaran en su estudio de grabación y le secuestraran. Apareció dos días después tirado en una cuneta, a las afueras de Goma, muy malherido. Los jóvenes de su tribu Hunde se echaron a la calle para protestar y formaron barricadas que tuvieron que ser retiradas a la fuerza por la policía. Para calmar los ánimos, la radio estatal le entrevistó y el mismo presidente ofreció pagar su tratamiento médico en Sudáfrica. Allí se encuentra ahora el bueno de Fabrice, y desde allí ha anunciado que apoya a Kabila y le esta agradecidisimo por su generosidad. Es decir, primero te envían a los miembros de la inteligencia militar para que te peguen una paliza, y después el mismo poder que te ha dejado tullido te paga el tratamiento médico y entonces vas y dices que hay que son buenísimos y que hay que votar por ellos. Vivir para ver. Y para cantar.