El Generalísimo Francisco de Miranda, un militar español, conocido como "El Americano más internacional", luchó por la independencia de Venezuela; incluso se pyoyectó más allá e imaginaba una sola gran nación americana, desde la Alta California y las cuencas de los ríos Colorado y Mississippi, hasta la Tierra del Fuego. Creía que su forma de gobierno debía ser algo así como la antigua República romana. Estos serían los verdaderos Estados Unidos de América, pues comprenderían casi todo el continente y no una parte de él.
En el Congreso de Tucumán, el grupo que apoyaba los intereses de O'Higgins y San Martín, proyectaba una Monarquía sudamericana como una ampliación del antiguo Imperio inca, pues su capital sería Cuzco; con una Casa real de origen indígena, teniendo a Juan Bautista Tupac Amaru como emperador o Inca (último sobreviviente de la dinastía Tupac-Amaru). Pero México no estaba tan exento a esos intentos unificadores, a pesar de que su guerra de independencia se desarroló aparte. Hasta 1821, el nombre alternativo de Nueva España, era América Septentrional (del latín: Septentrio, Norte); la Norteamérica española que comprendía por entonces desde California y Nuevo México y Texas, (y Florida, si esta no hubiese sido vendida a EUA) hasta Centroamérica; en parte considerando la diversidad social, geográfica y biológica.
Sin embargo, todos esos proyectos unificadores fueron dejados de lado, sea por caudillismos, rivalidades, instigación norteamericana o británica, o por diferencia de opinión sobre la forma de gobierno. Una de las causas se podría señalar a que desde el principio, España facilitó el aislamiento comercial en sus posesiones americanas, de modo que cada una, a pesar de sus muchas semejanzas, vivió por su lado sus 300 años de dominio español. De esta forma, tenemos que las independencias de América Latina hicieran surgir, no una sino varias naciones.
- Virreinato de Nueva España -> Imperio Mexicano
- V. de Nueva Granada -> República de la Gran Colombia
- V. del Perú -> República del Perú
- V. de Río de la Plata -> Confederación Argentina y República de Bolívar
- Capitanía de Chile -> República de Chile
Una vez consumadas las independencias, el gran problema de todos estos nuevos países fue el establecer la forma de gobierno: Monarquía o República, República centralista o República federalista. De entre los monárquicos, como en el caso mexicano, triunfaron parcialmente, con el establecimiento del Imperio mexicano, con Agustín I de Iturbide a la cabeza. El Imperio iba desde California hasta Centroamérica y se dice que pretendía adherir Cuba; pero las provincias centroamericanas se separaron en 1822. Ese mismo año la monarquía se disolvió para dar lugar a la República (esta solo duró 11 meses), y se declaró traidor a Iturbide, so pena de muerte. Y aun siendo República, México pasó de Federal a Central, o de Central a Federal, en varias ocasiones, haciendo que provincias como Yucatán, Zacatecas o Coahuila, amenazaran con la separación. Solo Texas lo lograría en 1836, para después adherirse a EUA, dando pie a la guerra que arrebataría medio territorio a México en 1847.
A pesar de que Sudamérica comparte libertadores, estos no evitaron la división. Simón Bolívar constituyó la República de la Gran Colombia en 1821, un país que abarcó los actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; pero que por diferencias en cuanto a la forma de gobierno, así como afanes de mayor autonomía en las antiguas provincias españolas como Ecuador o Venezuela, terminó por extinguir en 1831, a este país en Colombia, Venezuela y Ecuador; Panamá se separaría de Colombia en 1902, tras la Guerra de los Mil Días. De igual forma se puede hablar de Paraguay, en relación a Argentina, o de Uruguay en relación a Brasil.
El Libertador Bolívar, que proyectaba una Hispanoamérica unida, fallidamente intentó establecer relaciones con México y otros países latinoamericanos, para apoyarse mutuamente frente a la emergente amenaza de EUA. Pero esto nunca fue, como muestra, en la Guerra México-EUA (1845-47), México no recibió apoyó sudamericano, así que terminó por perder sus territorios del norte. Los mismos países sudamericanos a lo largo del siglo XIX, se enfrascaron en una serie de guerras entre ellos, bien por intereses políticos (como la Guerra de la Triple Alianza de 1864-70: Brasil, Argentina y Uruguay contra Paraguay) o territoriales (como la Guerra del Pacífico de 1879-83: Bolivia contra Chile). De hecho, México se ha desarrollado como nación, de forma separada de Sudamérica; pues los mexicanos tenemos otros libertadores, no tenemos colindancia latinoamericana, mas que con Guatemala, y tenemos una historia que ha evolucionado diferente del resto; a pesar de compartir rasgos comunes con el resto de Latinoamérica.
Pero haya sido o no, un sueño de los Libertadores, aun hoy una América hispana unida sigue siendo una utopía. A pesar de los diversos acuerdos diplomáticos y comerciales, cada nación jala por su lado, generalmente derecha o izquierda, haciendo más difícil ese sueño de unidad. Con razón en su lecho de muerte, Simón Bolívar diría "He arado en el mar".
En este año de los Bicentenarios, es necesario reconsiderar estos hechos; no murmurando contra lo que fue un obstáculo en el siglo XIX (quizá sólo EUA), los problemas actuales, o soñando que sin conquista española todo sería mejor; sino aceptarlos como parte de nuestra Historia, para poder superarlos y hacer de Latinoamérica, un mejor lugar para vivir.