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Barahùnda Polìtica

Publicado el 29 enero 2013 por Erasmo
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   Héctor Orozco Fernández, al frente del SAE
   Profesionalismo, discreción y honestidad
   Los bienes, ya no son “botín de guerra”
Por Juan Jacobo Cázares G.

Hasta finales del siglo pasado el Estado no contó con una institución que garantizara un manejo ordenado y honesto de los bienes incautados, embargados o de dependencias y empresas gubernamentales que por diversas razones fueron desapareciendo. Los bienes que históricamente se llegaron a decomisar, embargar o incautar por autoridades con atribuciones para tales funciones,  como la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Hacienda y el Instituto Mexicano del Seguro Social; o bienes y valores que por cuestiones jurídicas pasaban a formar parte del patrimonio del Estado, llegaron a constituirse en “botín de guerra” que generó incontables riquezas personales,  lo que  se llego a descubrir  cuando los ex funcionarios públicos convertidos en nuevos ricos enfrentaron problemas judiciales. Resulta inimaginable la cantidad de bienes que debieron haber surgido en el periodo gubernamental del Presidente Miguel de la Madrid, cuando debido a la implementación de una política de adelgazamiento del sector público se decidió la desaparición de más de mil organismos descentralizados y empresas de participación estatal. No existen informes certeros y confiables que den cuenta de los ingresos que las finanzas nacionales tuvieron, por la venta de los bienes que fueron patrimonio de los organismos o empresas públicas,  que se eliminaron durante las administraciones gubernamentales de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. De lo cual no se puede inculpar a los mencionados ex presidentes de la República, sino a la estructura gubernamental que en su diseño no incluía una dependencia capaz de administrar bienes provenientes de organismos o empresas públicas en extinción. La carencia de políticas públicas y  una estrategia adecuada para fortalecer los programas y mecanismos de control, vigilancia y conservación de los bienes decomisados, embargados o de empresas en liquidación, terminó en el año 2002, cuando entró en vigencia la Ley Federal para la Administración y Enajenación de Bienes del Sector Público y se creó el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Paralelamente, durante la última década, se ha ido formando un grupo de servidores públicos que han hecho su profesión  la administración de los bienes  que antes eran considerados “botín de guerra”. Uno de los profesionales que ha destacado en la administración de ese tipo de bienes, es el Contador Héctor Luis Orozco Fernández, quien fue nombrado recientemente por el Presidente Enrique Peña Nieto y por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso,  Director General del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, lo cual es un reconocimiento al profesionalismo que ha demostrado durante casi 13 años liquidando empresas y organismos gubernamentales y administrando bienes incautados, embargados o decomisados. Para la elaboración de esta Barahúnda Política,  hice una pequeña encuesta entre algunos colegas que cubren el sector financiero, quienes coinciden en señalar que la lógica que se utilizó en la decisión del nombramiento del Licenciado en Contaduría  y Finanzas por la Universidad Panamericana y Maestro en Alta Dirección de Empresas por el IPADE, Héctor Luis Orozco Fernández;  de designar a un experto al frente de una institución tan importante como el SAE por la función pública y social que tiene;  debería repetirse en otras instituciones donde se requiere trabajo eficiente y de resultados más que otra cosa, porque de esa manera se garantiza que la institución administrada por un experto, por lo menos conscientemente,  no se utilizará como trampolín político. El Contador Héctor Orozco Fernández, es un servidor público discreto, que ha destacado por su profesionalismo y no por su protagonismo, aunque ha tenido oportunidad para hacerlo, por ejemplo el debate sobre la extinción de Luz y Fuerza del Centro o sus diversas presentaciones en la Cámara de Diputados. En conclusión, desde hace poco más de una década,  los bienes de organismos o empresas en liquidación o embargados, incautados o decomisados;  dejaron de ser “botín de guerra” para convertirse en bienes celosamente cuidados y administrados por el SAE hasta su destino final (venta, donación, destrucción…) y en la construcción de la infraestructura institucional, metodologías y procedimientos,  han contribuido un grupo de expertos que se han formado en la última década en esa materia, uno de ellos, el Contador Público Héctor Orozco Fernández, quien ha sido designado recientemente por voluntad Presidencial, Director General del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes de la SHCP. En la próxima Barahúnda política le contaré lo que hace el SAE y de las empresas que tiene bajo custodia… 
   [email protected]
www.jjcazares.es.tl

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