Como ya he comentado en diversas ocasiones, en México el comprar a crédito es prácticamente como respirar, no importa que las tasas de interés sean insultantemente altas o que los servicios bancarios sean casi tan malos como los de España.
Cualquier emigrante que llega a un nuevo país de residencia, necesita comprar cosas, no importa que traiga muchas, siempre habrá algo que falte, además también puede ser que otras que si se trajo no funcionen correctamente.
Si tu plan es quedarte en el país un periodo de tiempo reducido o determinado, lo que vas a comprar serán unos calzoncillos o una plancha, para lo cual no hay problema. Pero si se trata de un periodo mas largo, las necesidades pueden pasar por comprar una tele o un frigorífico por que la casa que alquilaste no los incluye, en cuyo caso la inversión es mas importante y la cosa de comprar en efectivo se puede complicar; de todos modos eso es algo que medianamente se tiene planeado al emigrar y puede resolverse la situación. Pero si ya la idea es una estancia a mas largo plazo y lo que quieres es comprar un coche nuevo o una casa, entonces el crédito es casi obligatorio, y en México eso de conseguir crédito no es cosa fácil.
Cuando tu llegas a un sitio a pedir prestado para comprar algo, lo primero que hacen es pedirte que firmes una autorización para revisar tu historial en el buró de crédito, y claro, como eres extranjero, resulta que no tienes historial alguno.
Si eres un jovenzuelo de 20 ó 25 años, es algo natural, has terminado tus estudios, apenas acabas de obtener tu decimotercer empleo en un mac roñal, así que lo de conseguir un crédito no debe ser muy complicado. Pero si ya estás acercándote a la treintena o la superas, pasa como en el fúrgol, para esto de conseguir crédito ya eres un viejales, y a los banqueros eso de que no tengas historial les suena peor que un pedo en medio un concierto de Vivaldi, y lo de desvirgar a alguien crediticiamente hablando, no les gusta ni un pelo.
Tú les explicas a los del banco que acabas de llegar apenas de extranjia hace tres o cuatro años, que lo que comprabas era al contado y que ahora quieres comprar un coche u otra cosa a crédito porque no tienes pasta suficiente. Los banqueros son bien comprensivos, pero les importa un bledo y se rigen por políticas, así que te mandarán soberanamente a tomar por saco.
La solución a esto es acercarte a un Sears, que viene a ser la versión gringa del doblez de brazo guiri (es decir, el corte inglés), esta marca tiene tiendas repartidas por todo México; también puedes acercarte a un coppel o un Famsa, que es lo mismo pero en plan mas cutre. Este tipo de negocios te otorgan unos créditos para que compres exclusivamente en sus tiendas, y dan crédito hasta a los perros. Eso sí, no esperes un crédito de cien millones de euros, habitualmente empiezan otorgándote un crédito de unos 4mil pesillos (unos 250 euretes) en el mejor de los casos, y a una tasa de interés cercana al 100% anual. Ya después a medida de que vas usando y pagando el crédito, te incrementan el monto a prestar.
Ya que tienes (y usas) unos seis meses a un año con el crédito de la tienda, puedes acercarte a un banco, estos revisarán tu historial en el buró de crédito, y ahora sí, como ya tienes historial, te concederán ellos su propio crédito. El monto otorgado por estos suele ser similar o menor al que ya tienes, línea de crédito que también se te irá incrementando a medida que lo vayas usando y pagando. Después de unos meses mas, puedes acercarte ya a otros bancos y pedir mas créditos por montos mayores, y luego mas créditos y otro crédito y... y luego a esconderse tocan porque con las tasas de interés que te cobran ya no puedes pagarles.