Y es que como ya he comentado cerca de medio millón de veces (es que a veces me repito como el ajo) en México no vivimos en edificios sino en casas, por lo tanto no puedes "bajar" a por el pan o la leche. La opción sería ir hasta el supermercado, o la tienda de conveniencia, pero estas pueden quedarte a varios kilómetros de casa.
Ante ello la alternativa es acercarte a la tiendita mas
cercana a casa. Estas tiendas suelen sufrir una evolución muy curiosa que os explico a continuación. Lo habitual es que al momento en que se crea un nuevo fraccionamiento, todo son casas. Luego, cuando los habitantes llegan a ocupar sus casas, estos necesitan varios servicios como colegios o tiendas. A los fraccionadores solo les interesa poner casas y venderlas, ya luego los vecinos que se arreglen como puedan para comprar la leche y las galletas. Por ello, nunca falta el vecino que bien sea a falta de trabajo, o con la intención de mejorar un poco los ingresos familiares, empieza a vender cocacolas, tortillas (de las mexicanas no de las de patata) y tigretones versión mexicana en la sala de su casa. Si el negocio funciona, se deciden a expandirse y empieza a vender mantequilla, pan bimbo, leche y otros productos alimenticios. Los productos de grandes compañías le son llevados al tendero a domicilio con camiones repartidores de cada marca y, por ejemplo, los de cocacola le prestan el frigorífico a condición que no venda pepsi en su tienda.
Poco a poco ves como la cosa mejora, y el dueño de la casa decide meterle dinero al negocio ampliando un poco la
tienda. Para ello, en la zona de la cochera construye mas tienda, y si el dinero alcanza construye también mas casa a costa de quitar el patio para que la familia tenga un poco mas de espacio para las actividades personales. Si finalmente consiguen el ansiado permiso para vender alcohol, convierten su tienda en depósito, y los de la cerveza le pintan la fachada con motivos cerveziles y le ponen un letrero con el nombre del local (y la marca de su cerveza claro). Finalmente, en algunos casos donde el negocio funciona bien, se deciden a comprarle la casa al vecino de a lado para usar una parte como negocio y otra como vivienda, realizando las obras pertinentes en las dos casas. Al final toda la familia termina atendiendo el negocio y viviendo de ello. Claro que quien dice que hablamos de un depósito, puede decir una papelería, una carnicería o una peluquería.
En ocasiones se da el caso de que dos depósitos quedan uno junto al otro (literalmente) y ves pasar los años y los dos van funcionando, claro que a uno de ellos le va mejor que al otro, a veces entran en una pequeña guerra de precios en algunas cosas, otras en productos de una marca u otra de cerveza o refresco (uno vende pepsi y el otro cocacola por poner un ejemplo) pero los dos van subsistiendo.
Los depósitos estos por lo general permanecen abiertos los 365 días del año, y como tienen la
competencia directa en las tiendas de conveniencia, tratan de tener abierto el mayor tiempo posible, por lo tanto abren al momento de que el primer miembro de la familia se levanta, y el último en acostarse se encarga de cerrar la puerta del negocio. Estos tipos de negocios suelen recibir el nombre de "changarros" porque a veces es una sorpresa lo que puedes encontrar en ellos, puede ser un depósito donde te hacen fotocopias o una mercería donde consigues alguna pieza de recambio pal ventilador que se jodió. Puede ser una refaccionaria (tienda de recambios para coches o electrodomésticos) o un videoclub de películas piratas, todo depende de los conocimientos y contactos que tenga el dueño en uno u otro giro para dar los primeros pasos del negocio.
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