Revista América Latina

El Heroico Batallón esmeralda

Por Miguelo87
La difícil historia de México en el siglo XIX tiene numerosos relatos de traiciones, normalmente impulsadas por el deseo de poder y la ambición, sin embargo, en ese mismo siglo, destaca una que no fue impulsada por esos motivos. Me refiero al Batallón de san Patricio, un grupo de soldados estadounidenses que desertaron y se unieron a las fuerzas mexicanas en la Guerra México-EUA en 1846-47.
Sabemos que a raíz de la anexión de Texas a los Estados Unidos, el país del norte inició la guerra reclamando que el límite de Texas era el río Bravo y no el río Nueces. Cosa que obviamente era un simple pretexto para expandirse territorialmente, y si era posible, anexar a todo México a la Unión americana. El presidente estadounidense James Polk declaró la guerra a México el 12 de mayo de 1846, luego de que un grupo de soldados mexicanos atravesara el río Bravo.
Aun antes de la declaración de guerra, los norteamericanos reclutaron hombres para su ejército, pero la mayoría de población protestante y nacida en EUA, intolerante con los inmigrantes católicos, especialmente irlandeses (el 45%), provocó que estos descertaran de las filas norteamericanas para aliarse con los mexicanos. Además de que el presidente Antonio López de Santa Anna, había prometido a los estadounidenses católicos, tierras cultivables si apoyaban la causa mexicana.
En abril de 1846, poco antes de iniciar la conflagración, el teniente irlandés John O'Riley, con sus compatriotas organizó un batallón de 48 hombres que para agosto eran ya 200. Pero no solo se formó con irlandeses, también con mexicanos nacidos en Europa o inmigrantes europeos católicos (polacos, alemanes, etc.) que también sufrieron la discriminación norteamericana. Al principio se le llamó la "Legión extranjera", pero luego cambió su nombre a "Batallón de San Patricio", en honor al santo patrono de Irlanda. Tomaron como bandera, un lábaro verde con un arpa dorada y las palabras "Erin Go Bragh", que en irlandés significa "Irlanda por siempre".
Aunque en ninguna batalla hubo victoria mexicana, se sabe que el Batallón de san Patricio se destacó por su valentía y fiereza en combate, propinando numerosas bajas al ejército invasor, empezando con la Batalla de Monterrey (septiembre de 1846). Al llegar el ejército norteamericano a Churubusco, pese a su valentía, se perdió la batalla por la falta de apoyo de Santa Anna, quien se retiró a Guadalupe-Hidalgo, lo cual permitió la venganza norteamericana sobre sus traidores, al tomarlos prisioneros.
Considerando no solo la traición, sino que el Batallón de san Patricio causó numerosas bajas entre los invasores, estos los sometieron a juicio de guerra. Quienes se sumaron a los mexicanos antes de la declaración de guerra, como John O'Riley, fueron azotados, marcados con hierro candente en la cara con la letra "D" de "deserter", (en inglés: desertor) y sentenciados a trabajos forzados. Pero quienes se aliaron a México después de la declaración, fueron sentenciados a muerte por horca, ya que su traición los hacía inmerecederos de morir fusilados. Se dice que por órdenes expresas del gral. Scott, fueran ejecutados precisamente el momento en que la bandera de Estados Unidos reemplazaría a la de México en Palacio Nacional.
Quienes sobrevivieron quedaron en el olvido de la Historia. Unos cuantos pudieron reclamar las tierras ofrecidas por el gobierno; John O'Riley tomó el nombre de Juan Reley, según los archivos del Ejército mexicano; murió en agosto de 1850, y sepultado en Veracruz. Aquel año, se disolvió formalmente el batallón.
La historia mexicana los recuerda como verdaderos héroes, ya que ellos no tenían obligación alguna de defender la nación mexicana, y sin embargo la afinidad de religión los hizo pelear hasta la muerte por la causa mexicana. Y este hecho permitió también, la diplomacia México-Irlanda. En la Plaza de san Jácinto en la Ciudad de México, en 2007 se develó una placa conmemorativa de los 150 años de la ejecución del Batallón, en el lugar preciso, y en ella se lee una inscrpición que dice: "En memoria de los soldados irlandeses del Heroico Batallón de san Patricio. Mártires que dieron su vida por la causa de México durante la injusta invasión norteamericana de 1847". La misma placa tiene los nombres de los ejecutados, de entre los cuales hay 48 irlandeses y 13 alemanes. También en su honor, se conmemora a este Heroico batallón, los días 12 de septiembre día de la ejecución, y los 17 de marzo, fecha de la fiesta san Patricio, patrono de Irlanda.

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