En principio me parece ridículo que la gente se gaste la pasta en llamar a estos concursos, ya de anticipado sabes que es un tongo, pero vamos, todavía tener el descaro de robar de esta manera es la leche.
En fin, el asunto es que esto en México no pudiera pasar de manera tan descarada, mas que nada debido a que, como ya he comentado en diversas ocasiones, todo sorteo de cualquier tipo requiere por fuerza un permiso especial de la secretaría de gobernación (algo así como el ministerio del interior). Es decir, toda rifa, sorteo, concurso o lo que sea; que vaya a repartir bien sea dinero o premios de otro tipo, requiere un permiso especial; sobre todo si se va a cobrar (dinero, no cobrar de recibir palos) por participar o si el "concursante" debe comprar un producto de tal marca para poder participar. Por lo general están exentos los sorteos de las emisoras de radio que sortean entradas para conciertos, ya que estas no cobran por entrar al sorteo, pero siempre que el ludópata deba poner de su bolsillo para obtener un premio, se requiere un permiso especial. Este permiso tiene una clave de identificación otorgada por la misma secretaría, clave que deberá ir impresa en cada uno de los billetes de lotería, y ser anunciada en el medio de comunicación en que se esté promocionando el sorteo.
Para obtener ese permiso y la clave correspondiente, se debe presentar ante la secretaria de gobernación las reglas del juego bien claritas y sin una sola sombra de duda. Mas de uno me dirá, sí, vale, todo ese papeleo para dar el permiso, pero si como el mexiñol dice siempre, en México las leyes no las respeta ni el tato, ¿Quién me dice que no van ha hacer tongo una vez que tienen el permiso?. Pues de eso se encarga el "interventor de la secretaría de gobernación" (toma nombrecito).
Ese señor (o señora) con título tan rimbombante, es una persona que pertenece a la propia secretaría y que debe estar presente junto al presentador al momento en que el sorteo sucede. Para ello, antes de dar inicio al sorteo, lo primero que se debe hacer es presentar a este interventor, quien tiene las reglas del juego en su mano. En dado caso de que el concurso incluya respuestas por parte del concursante, este interventor conoce las respuestas, ya que se las entregaron previamente para que así él certifique que el concurso está cumpliendo con las reglas marcadas y no vaya a salir un gato encerrao de algún sobre. Si llega a darse cualquier tipo de controversia, este interventor es quien decide si la respuesta es correcta o no, como puede ser que el concursante escriba la respuesta correcta pero con alguna falta de ortografía, que la respuesta era negro y él escribió oscuro, o que si dijo las letras en un orden específico o no.
Como podéis ver, en México esto de los concursos es mas legal, aunque claro, el acertar 4 letras de todo el abecedario es la releche, y no se si me parece finalmente del todo legal.
De todos modos existen las loterías en los mercados, que libran un poco la ley al ser el premio artículos de "primera necesidad" en lugar de marmaja. De todos modos he sabido de ocasiones en que llega la policía y arrampla con todo hijo de vecino, ludópatas y organizadores incluidos. Claro que en estos casos los ludópatas suelen ser señoras amas de casa que a veces están con los niños fundiéndose las perras, por lo que la escena suele ser un tanto curiosa; un montón de señoras con rulos, la mayoría vestidas de manera bastante "fodonga" (en pijama y con la bata de andar por casa) esposadas y subidas en la camioneta de la policía.
En fin, que con o sin interventor, yo no llamo a estos concursos ni pa pedir currelo.