Revista Cultura y Ocio

El país de ningún lugar

Por Miguelo87
Dentro de la preocupación por el ser humano que significó el Humanismo, llevó a muchos pensadores a indagar al ser humano en sus múltiples El país de ningún lugaraspectos, y en la Inglaterra de principios del siglo XVI, el célebre canciller Tomás Moro (en inglés: Thomas More) le inquietó todos aquellos aspectos políticos y sociales que eran actuales a su tiempo, y sobre todo aquellos que eran constantes desde hacía muchísimo tiempo.
Por eso en sus momentos de ocio, pues el canciller era un hombre muy ocupado tanto en su trabajo como en su casa, escribió un libro acerca de una sociedad ideal, un país con una política y pensamientos perfectos a los ojos humanos. Un país que inconcientemente todos buscarían vivir ahí, pero que en la realidad quizá sea aburrida por ser precisamente perfecta. Y es que todos los pueblos del mundo desde tiempos inmemoriales intentan organizarse de forma que respondan adecuadamente a sus necesidades y realidades. Siempre buscando la mejor forma de organizarse, y según las ideologías del tiempo en que viven. Pero es bien sabido que el ser humano no es perfecto, y que un pueblo "tiene el gobierno que se merece", pues ningún sistema es perfecto, sólo es más o menos adecuado para él.
Moro vivió y conoció muy bien las leyes y forma de gobierno de su país Inglaterra, durante los reinados de Enrique VII y Enrique VIII, conoció sus fortalezas y debilidades, viajó a los Países Bajos y leyó asiduamente las obras clásicas grecorromanas; además fue amigo de otro gran intelectual humanista inglés, Erasmo de Rotterdam. De esta forma, entre 1515 y 1517 escribió en dos libros, su gran obra Libellus were aureus, nec minus salutaris quam festivus, de optimo reipublicae statu deque nova insula Utopia (en español: Libro áureo, no menos saludable que festivo, de la mejor de las Repúblicas y de la nueva isla de Utopía), mejor conocida como Utopía.
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La obra fue escrita en latín, y no en inglés, caso contrario de la italiana Divina Comedia, que no prefirió el latín. Consta de dos partes o libros; en la primera, a modo de diálogo discute acerca de cuestiones filosóficas, económicas y políticas en la Inglaterra de su tiempo. Mientras en la segunda describe la geografía, filosofía y estructura socioeconómica del país Utopía. Este nombre, como muchos otros que nombran conceptos inventados por el Canciller inglés, son tomados del griego, pues utopía significa "ningún lugar" o "buen lugar"(en griego: οὐτοπία). De esta forma, hay un río principal en la Isla de Utopía llamado Anhidro (del griego: "sin agua"), la ciudad capital llamada Amaurota ("oscuro"), y el príncipe es Ademos ("sin pueblo").

Moro se basó en las descripciones fantásticas de los habitantes del Nuevo Mundo, hechas por los marinos que acompañaron a Americo Vespucio, en las que hablaban de los americanos como muy inocentes, que desconocían las armas y despreciaban el oro y las joyas; para describir que los utópicos no tienen dinero, pues no lo necesitan, ya que lleva

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n al extremo el concepto de propiedad comunal. En Utopía, todo es de todos, las casas no tienen un dueño y constantemente cambian de ocupantes; no se preocupan por el trabajo, el alimento y el vestido, ya que todos tienen un trabajo agrícola que les provee el alimento, y el vestido no va acorde a la las inexistentes posiciones sociales, mas bien se confirman con que sus ropas sean cómodas, frescas en días de calor y calientes durante el frío. Y son tan pacíficos que aunque comen carne, prefieren que los carniceros trabajen fuera de las ciudades, para no hacer de la muerte de un ser vivo un espectáculo, ni llegar a la impiedad que podría extenderse hacia los hombres.

Desde luego, el autor también tomó en cuenta escritos de la Antigüedad clásica, en especial La República de Platón, que también relata una sociedad ideal. Aunque también recurre a sus gustos propios, como en el hecho de que las diversiones de los utópicos son la música, la literatura y juegos parecidos al ajedrez, en lugar de los juegos de azar o los deportes. Y a ideales propios, en donde a pesar de que el hombre y la mujer utópicos tienen los mismos derechos, la utópica, es una sociedad patriarcal; pero hay mujeres sacerdotes entre las religiones de Utopía. En esto último, Tomás Moro contraria nuevamente a su mundo contemporáneo, pues aunque no son pueblos cristianos, relata que los utópicos tienen religiones asociadas al culto a los astros, pero se inclinan hacia un monoteísmo como el cristiano. Dispue

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stos a abandonar sus antiguas creencias si hubirera otra más perfecta que les dijera su dios que hay otra mejor, pero generalmente son tolerantes con la religión y aborrecen la imposición de las creencias por la fuerza y el ateísmo.

Aunque Utopía no es un libro práctico, es una crítica a la sociedad y políticas europeas de principios del siglo XVI, en especial de Inglaterra. Es evidente que todas estas ideas, son precisamente fantásticas y que todas las sociedades quieren aspirar a una sociedad más justa para todos, pero no hay que olvidar que nunca podremos dar gusto a todos, es imposible. Las mismas características personales de cada individuo hacen imposible la realización de una sociedad perfecta e igualitaria. Aunque para los misioneros españoles que llegaron a América, al tener ideales humanistas, proyectaron hacer de las nuevas sociedades americanas, ya evangelizadas, sociedades utópicas, precisamente basándose en la Utopía de Tomás Moro, sociedades que eventual y obviamente fracasarían. De ahí que en la actualidad, una "utopía" sea entendido como un proyecto fantasioso, ideal e irrealizable.


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