En España una vez al año suele presentarse el informe sobre el estado de la nación, o algo así creo que se llama, este evento sucede un año después de cuando se eligió al chupóptero de turno y se repite cada año hasta que haya nuevamente elecciones. Pero como de costumbre, eso lo sabéis mejor vosotros que yo.
En México a este evento circense se le llama "informe de gobierno", y tienen que presentarlo cada año todos los políticos principales de cada administración, es decir, los alcaldes, los gobernadores y el presidente. Como ya comenté en alguna ocasión, en México no es que votes a un partido político para que entre los partidos se pongan de acuerdo para ver quien es el presidente o alcalde de turno, sino que al momento de las elecciones, es la propia ciudadanía quien vota por tal o cual político, por lo tanto el remover a un político de su puesto es mas difícil que un crucigrama de biología avanzada. Ante lo anterior, habitualmente las fechas de elecciones son cronométricamente exactas, por lo tanto también la fecha del informe de gobierno suele estar marcado por la prosti... constitución.
En México el día del informe de gobierno es el uno de septiembre de cada año. Hasta hace unos años ese día se paralizaba el país, incluso era día de descanso obligatorio y la gente no íbamos a trabajar para que tendríamos oportunidad de escuchar a nuestro querido señor presidente el que nos informara como estaba el país. La realidad es que salvo los propios políticos y un par de periodistas, el resto no le hacíamos ni puto caso a lo que decía, pues como buenos políticos lo habitual era decirnos en un discurso de unas cuatro o cinco horas que todo estaba de puta madre y que había que seguir trabajando, los demás políticos aplaudían como energúmenos y todos contentos.
Pero hace unos años, cuando después de 70 años de que estuviera gobernando el mismo partido, el nuevo presidente empezó a recibir críticas de los políticos de los otros partidos, cada vez críticas mas duras, aunque muchas de ellas sin sentido; y donde sí había que criticar no criticaba ni dios, ya sabéis como son los políticos, donde me afecta sí te reclamo, donde no, estoy de acuerdo.
Entre lo anterior y que los políticos se dieron cuenta de que el informe de gobierno no lo escuchaba ni la madre del que lo estaba dando, decidieron hacer que ese día dejara de ser festivo y que los currelas volvamos al tajo, total, para que el populacho no veamos el informe y que los políticos se den hasta con el paraguas, mejor nos mandan a trabajar, algo a lo que por supuesto Don Pelotillón estuvo totalmente de acuerdo.
El asunto es que lo de las críticas al informe de gobierno llegó a tal extremo, que hace unos años al presidente en turno, uno de los partidos de oposición que se opone hasta a lo que ellos mismos dicen, no le dejaron dar su discurso, por lo que ese presidente tuvo que entregar su informe por escrito, que los políticos lo leyeran mientras estaban sentados en el trono (y usar alguna de las hojas para reemplazar el papel palfo), y posteriormente crear a un grupo para que responda también por escrito y así la gente común y corriente menos nos enteramos de las cosas.
Al final el día 1 de septiembre ya ha dejado de ser un día donde los políticos exhibían su "mejor" cara, para ser un día común y corriente, donde el presidente presenta su informe por escrito, los periodistas sacan un par de comentarios al respecto que no lee mas que su padre para presumir de hijo periodista, y los demás seguimos dando el callo haciendo pelotillas ombligueras o lo que se tercie.