Hace poco os comenté de un incidente que tuve con la troca de pelotillas ombligueras y como lo resolví temporalmente, ahí varios se sorprendieron del ingenio que me di para poder salir del atolladero, pero os diré que a cualquier mexicano no le sorprendería la capacidad de resolver esta extraña situación.
Hay voces que dicen que la paciencia es la madre de la ciencia, pues en México aplicamos la de que el hambre es el padre del ingenio (el machismo saliendo a relucir). El asunto es que cuando en casa se rompe algo, lo primero que haces es pillar las páginas amarillas, llamar a un técnico y que venga a arreglarlo. Pero que pasa si no solo no tienes pasta suficiente como para pagar a un técnico, sino que ni siquiera para comprar las piezas necesarias para hacer el arreglo. Pues en México nos las pintamos solos, buscamos cualquier cosa para arreglar de manera temporal para siempre eso que se ha roto, y listos.
Eso es algo que, por un lado, trae en la sangre cualquier persona nacida en México, pero al vivir varios años por estas tierras, como que te vas contagiando por arte de magia. Y para muestra os pongo lo que me pasó hace unas semanas.
En resulta que en mi coche, que ya os he dicho que está medio viejo, se me rompió el radiador en su parte superior, desde donde sale una manguera que lleva el exceso de agua (o anticongelante) hacia un bote "recuperador", así que en cuanto lo ponía en marcha parecía “Julk” meando líquido verde. Afortunadamente pude llegar a mi casa, meter el coche en la cochera, y meditar como resolver el problema con mi caja de herramientas a un lado y el frigorífico cerca para poder tomarme unas cervezas que ayuden a poner en marcha las neuronas (esto de las cocheras y las casas en vez de pisos es una maravilla).
Por lo que vi era necesario cambiar el radiador completo, y como la economía no anda como para comprar uno nuevo, me remangué la camiseta sin mangas y puse a trabajar a mi neurona no afectada por la cervecilla.
La solución que encontré pasaba por ponerle la dichosa plastiloka, que son las dos barritas esas que al mezclarlas quedan duras como polla de actor porno. Me conseguí una boquilla de cobre para poderla empalmar... mejor dicho, insertar... jo, después de lo de la polla todo queda porno... en fin, la cosa era que estuviera unida con la manguera, y no ande eyaculando el anticongelante (¡Qué difícil es expresarse con propiedad a veces oye!).
Pero las cosas no pueden ser tan fáciles, así que mientras que no se me ponía dura (hablo de la plastilina), la ley de gravedad (que a ver si la derogan) hacía efecto, y tol asunto se despegaba dejando abiertos huecos por los que posteriormente fugaría el agua. Así que tuve que ingeniármelas para ponerle cosas debajo y atarle una cuerda al capó que se quedó abierto toda la noche, para que se quede en la posición que yo quería mientras el viagra le hacía efecto. Ya a la mañana siguiente que se le puso bien dura (la plastilina) quité la cuerdica (que hasta eso, no era cuerda sino cable del teléfono porque es lo que tenía a la mano), quité el tapón de un bote de espray aflojatodo y un tornillo de plástico de un ventilador cuya combinación sujetaban mi “reparación”. Llené el depósito del agua nuevamente y listos, a seguir circulando por otros cien mil kilómetros.
Este ingenio mexicano se aplica a todos los ámbitos, no es necesario ser pobre para contar con ello y buscar resolver una situación. Anduve buscando el enlace, pero no lo encontré para poneros un caso que sucedió en un mundial de hace varios años (creo que el 94) en el que jugaba México contra otro equipo. Uno de los travesaños posteriores que sujetan la red de la portería se rompió, y los propios jugadores mexicanos, andaban subiéndose a la portería para enganchar la red, el árbitro al principio pareció aceptar el arreglo, pero al final la mosca detrás de su oreja revoloteaba demasiado fuerte y detuvo el encuentro para mejor mandar cambiar la portería, lo que alargó el partido mas de media hora.
Es por ello que en México las chapuzas en casa las haces tu mismo, bien sea pintar paredes, algo de fontanería, o arreglos del coche básicos, arreglos que dices "por mientras" pero que quedan así por varios años, hasta que se vuelve a joder y no tiene arreglo, o hasta que vendes el coche. Algunos que son unos manitas hasta cosas mas serias aprenden a reparar, no es el caso del mexiñol, quien tiene manos de estómago... todo lo que les cae lo convierten en caca.