En el siglo XVII, Francia arrebató a España la parte de la isla La Española, que hoy se llama Haití, pero que los galos llamaron Saint Domingue. Pero aunque su economía prosperó en el siglo XVIII con la producción de añil, azúcar y café. La mayoría de la población se componía de esclavos negros traídos de África, dado que desde el siglo XVI, las enfermedades traídas por los europeos, así como los abusos de estos, redujeron la población nativa. Esta población afroamericana, a pesar de que eran un pueblo que no era pueblo, sino un grupo de esclavos, había hecho de Saint Domingue su hogar, trayendo su cultura, normalmente de regiones de la costa atlántica de África. Pero debido a que eran tantos, la Corona francesa resolvió darles algunos derechos, aunque en realidad se les discriminaba negándoles el acceso a ciertos títulos o lugares o restringiéndoles otros derechos.
Uno de esos tantos esclavos era François Dominique Toussaint-Louverture (La Española, 29 de mayo de 1743 – Fuerte de Joux, Francia 7 de abril de 1803), a diferencia de sus ancestros, él ya no era africano, sino americano, hijo de esclavos traídos de África, que en su país de origen habían sido miembros de la familia real de Dahomey (hoy Benín). Tuvo la suerte de que su dueño fuera compasivo con él, ya que lo educó; incluso pudo casarse con una mujer libre de quien tuvo dos hijos, y finalmente ser liberado en 1776.
La Revolución francesa y el caos político que provocó, dio pie a aspiraciones de independencia de Francia entre los propietarios blancos, pero que poco después, en agosto de 1791, fue aprovechada por un grupo de esclavos del norte de Saint Domingue, para rebelarse contra los franceses esclavistas. Fue un contingente de 3000 hombres, liderados por Toussaint-Louverture, Mackandall, Dessalines, entre otros. A diferencia de las independencias de las colonias españolas, portuguesas o inglesas; la Revolución haitiana exigía la igualdad de derechos de todas las personas y el fin a la discriminación. Finalmente, y después de conflictos con la I República francesa y el Imperio napoleónico, en 1803 Saint Domingue obtuvo su independencia y cambió su nombre y bandera francesas por el nombre de Haití.
Con todo y que la Revolución haitiana consiguió la independencia de Haití, así como la abolición de la esclavitud, no consiguió la paz y la estabilidad política. Sucesivos conflictos por el poder y/o cambios de forma de gobierno, de república a monarquía o al revés, harían difícil el progreso de Haití en el siglo XIX. Durante la primera mitad del siglo XX fue invadido y ocupado militarmente por Estados Unidos (1915 - 1934), y de ahí nuevos conflictos políticos hasta la actualidad.
Independientemente de las vicisitudes que haya tenido esta nación desde su independencia hasta la actualidad, algo muy importante que nos enseña a todos los americanos (desde Groenlandia hasta Tierra del Fuego, los estadounidenses no solamente son americanos) Haití fue la primer nación americana en abolir la esclavitud, seguida de todos aquellos países que alguna vez fueron colonias españolas o portuguesas, y hasta ya entrado en siglo XIX (1865) lo hizo Estados Unidos, ese país que falsamente se hace llamar "tierra de libertad", a expensas de quitársela a otros.