Las Poderosas Teatro

Después de su gira por Centroamérica y España Las Poderosas Teatro, colectivo de mujeres guatemaltecas que nace en 2009 y se encuentra conformado por el grupo de teatreras - y sobrevivientes de violencia - Telma Ajin, Rina Najarro, Lesbia Téllez, Adelma Esperanza Cifuentes, Eva Monzón, Rosa García y Telma Sarceño, que trabajaron en un largo proceso de investigación y creación a partir de sus vivencias junto a sus hijas e hijos, la actriz y directora Patricia Orantes, el dramaturgo y director Marco Canale y la investigadora feminista Silvia Trujillo. El proceso como grupo de mujeres que crean que hacen teatro, nació con el rodaje del documental Hoy puedo ser que se enmarcó dentro de la campaña "Actuamos", de la ONG española AIEITI. En el año 2010, con el apoyo del Centro Cultural de España en Guatemala y el Centro de Formación de la Cooperación Española, se lanzan hacia la conformación de una cooperativa teatral y a la creación de su primer obra: Las Poderosas, que estrenaron en el Teatro Nacional de Guatemala.

De cada una de sus historias surge una crítica profunda a los valores impuestos por una sociedad que ataca a las mujeres de maneras muy diversas - muchas de ellas vedadas- pero sus historias también remiten a los sueños y la lucha íntima de cada una de ellas por liberarse de tantas cosas impuestas, en un camino repleto de trampas que siguen - seguimos- recorriendo, hacia un nuevo lugar. Les une el hacer teatro y haberse hecho amigas, acompañarse en las dificultades cotidianas y el deseo de transmitir su experiencia, su encuentro, y viajar, recorrer otras latitudes para llevar sus historias a otras mujeres. Les une el saberse juntas y el reconocimiento de la experiencia colectiva como un aporte insoslayable en la construcción de las mujeres luchadoras, aguerridas y poderosas.

El nombre del grupo, nace del encuentro de amistad y teatro, de batallas cotidianas y sueños (esos que se van aprendiendo a descubrir, distintos a los que suelen imponerse). En palabras de las protagonistas: “Nuestra vida, sí, estuvo tocada por la violencia, pero ya salimos con nuestra fuerza y nuestras debilidades a cuestas (en ese momento, las teníamos a flor de piel). Y con el tiempo, nos dimos cuenta de que la violencia sigue de manera constante sobre la mayor parte de las mujeres guatemaltecas y sobre nosotras también, en formas más sutiles pero no menos destructoras que los golpes. Así que nos decidimos a hacer teatro para sacudirnos las trampas que nos pusieron, para compartir caminos y reírnos en la cara de algunas fantasmas que todavía quieren perseguirnos, y quitarnos para siempre el cartelito que nos quisieron poner de víctimas. Porque se equivocaron los (y algunas las) que trataron de ubicarnos ahí. Nosotras, como muchas, somos amigas y Poderosas. Vamos juntas por el teatro. ¡Cuidado!”