Cuando cambias de país hay cosas tan simples del día a día que ni siquiera te pasan por la cabeza que puedan ser diferentes en este otro lugar. Tanto en mi casa como en las de mis tíos, primos y demás familia (parece esquela); la lavadora suele estar en la cocina. Algún familiar que vivía en el pueblo podían ponerla en el cuarto de baño, ya que la casa se construyó en la época pre-lavadora, por lo que no había en la cocina un espacio definido para poderla poner.
Sin embargo una de las cosas que llama la atención (a los observadores o cotillas) al entrar en las casas mexicanas es que este electrodoméstico brilla por su ausencia en la cocina. Uno pensaría, ¡Uy que pobres son!. Pues no, mi estimado aprendiz de mexiñol, resulta que en México se suele tener un cuarto de lavado o "lavandería" de unos 5 a 6 metros cuadrados donde se pone este aparato junto a la secadora y el calentador de agua. Y ya, aprovechando, suele ponerse en él un armario para guardar los detergentes, insecticidas y herramientas varias. Ahora, que si la casa es de las mas económicas, con tal de ahorrar dinero los constructores no suelen ponerle lavandería, lo que hacen es simplemente poner las tomas tanto para la lavadora como para el boiler y la secadora de ropa en el patio, y ya que el dueño se arregle como pueda. Al quedar estos electrodomésticos a la intemperie, esto crea el problema de que se dañan por la lluvia y el sol. Pero la gente no es tonta, así que la solución es comprar una lona que te suelen vender de puerta en puerta con las medidas y formas mas adecuadas para cualquier tipo de lavadora.
Otra de las curiosidades de este cuarto de lavado es que en todas las casas suelen poner también un "tallador", que a mi me suena a tallarines pero nada tiene que ver con ellos. Este tallador es como una fregadero de dos pozas, una ancha y poco profunda y otra mas profunda y mas angosta, para lavar ropa a mano. La poza mas ancha está un poco inclinada y tiene como unas rugosidades como las de las lavanderías comunes que todavía quedan en algunos pueblos para "tallar" (frotar) la ropa (de ahí su nombre).
Y es que ya veis como son las mujeres con la ropa, muchas tienen la idea de que las lavadoras les joden la ropa y prefieren lavar sus braguitas de hilo dental, sus negligés (o como leches se escriba) mas atrevidos, o sus medias de seda (y no hablo de la bebida), a mano. O puede ser de esas manchas de chocolate que el hijo de p... su corazón dejó en la camiseta blanca y que no salen ni mezclando ariel con colón, por lo que al final terminan frotándolo con lejía en este tallador. O a algunos hombres les viene muy bien para quitar las manchas de carmín del cuello de la camisa antes de echarla a la ropa sucia (eso me han contado ¡Eh!). También está pensado para aquellas personas que apenas se acaban de casar (o cambiar a su nueva casa), cuya economía es inferior a lo que deja de propina el tío gilito en la gasolinera, por lo que van comprando muebles y cosas poco a poco, siendo que la lavadora aún no entra en el presupuesto. Todas las casas al momento de construirlas tienen este tallador, en mi caso particular lo quité porque además de que no lo uso, estorbaba una barbaridad.
Ya veis, otra chorrada mas en la que uno ni pensaría.