Ya sabía yo que la Ley de Atracción nunca falla. Y agradezco a mis padres que así haya sido
No se me va a olvidar este 22 de Noviembre, día en que mis padres me han regalado algo que tanto soñé, la máquina perfecta que multiplica la potencia de la ya de por sí magnífica máquina humana; ejercicio, libertad, sueño, símbolo, ecologismo y activismo en un sólo aparato: la bicicleta.
Ya llevaba tiempo siguiéndole la pista al movimiento ciclista como alterntiva de movilidad sustentable, leyendo al respecto y apoyando digital y a pie al Pueblo Bicicletero, que me ha enseñado mucho; sólo me faltaba un detalle. Y creer que mis padres me querían comprar un coche… Un detallazo que aprecio muchísimo de su parte (pocos a sus 18 años rechaza un auto en favor de una bicla), pero la contaminación, el gasto, el espacio (ya tenemos 2 vehículos, ¿¡uno más!?), la maldita tenencia… Es por mucho, la mejor elección que he hecho en mi santa vida
Definitivo, lo mejor que pude haber elegido: me mantiene fresco, activo, en forma, veloz, no gasto más energía que la mía, no contamino, no ocupo espacio, no hago ruido; no gasto en camiones, gano libertad… Pura cosa buena. Para quienes quieran saber, la bici es una Martian R26 de Bimex (frenos Shimano, 24 velocidades)
Una vez más, agradezco a la vida, a Dios que está en todo y en todos, a mi familia que me ha conseguido con esfuerzo mi máquina de sueños, a mis amigos que me comprenden en mi desición y me apoyan, a Julio Cepeda Jugueterías, a Bimex y a Pueblo Bicicletero.