Revista América Latina

Miar...bolito

Por Mexinol
Una de las cosas que conlleva el vivir en casas en vez de pisos es que al frente de tu casa puedes poner un arbolito mu majo. Tú decides que tipo de árbol pones o en que parte del frente de tu casa. O también puedes poner uno en el patio si así lo decides.

Lo mas habitual en Monterrey es poner un árbol al que llaman Ficus. Este árbol no es oriundo de la región, pero tiene mucha aceptación porque el tío crece muy rápido. Si lo plantas con menos de medio metro, en unos 5 años tienes un árbol de mas de 5-6 metros de altura. Al no ser un árbol autóctono, los puristas ecologistas andan echando pestes porque la gente no respeta la ecología, el ecosistema y no se que tanta cosa mas. Por el contrario, los motivos de la gente para poner este árbol en lugar de los autóctonos, aparte de su rápido crecimiento, es su precio mucho menor. Uno de estos árboles con medio metro de altura te cuesta unos 50 pesos (poco mas de 3€) contra los 800-900 (unos 45-50€) mínimo que puede costar un oriundo de la región. Otra de las ventajas de este arbolico es que casi no necesitas regarlo, con que le mee un solovino de vez en cuando y el agua que capta de la lluvia es suficiente. Aunque los expertos dicen que este árbol toma el agua del subsuelo y agota los mantos acuíferos, pero como el agua que está debajo el suelo no la vemos, pues que le den por saco a la opinión de los expertos. Otra ventaja es que el árbol en cuestión es de hoja perenne (vamos, que tiene hojas tol año... toavía me acuerdo de las clases de ciencias naturales) por lo que no necesitas andar barriendo hojas en otoño.
Ahora, ¿Por qué poner un árbol enfrente de casa?. Aparte de los motivos ecológicos de que consumen el nitrógeno o el carbono o no se que coño gas de esos malos y te sueltan oxígeno (este si me lo se). El motivo real es el de tener una sombrica para que te mitigue un poco el calor que puede hacer en verano y evitar que tu casa se convierta en un horno; también para dejar el coche y que al subirte no se te alboroten las almorranas. A algunos les he oído comentar también que es para poder dormir con la ventana abierta sin que el vecino vea lo pequeña que tiene la... habitación (no es mi caso, la mía es suficientemente grande).
Pero como nunca puede haber un beneficio sin un "pero", la desventaja de tener árbol es que los pajaricos vienen a posarse en él. Y ¿Qué tiene eso de malo? preguntará alguno, así te despiertas en la mañana con el trinar de los pajaritos según va saliendo el sol, ahí al lado de tu ventana; ¿Que puede haber mas dulce que eso?. Bueno, viéndolo desde ese punto de vista no parece negativo, pero si me cambias esos pajaricos con su dulce trinar, por unas especie de urracas negras, feas como la madre que las parió, con unos graznidos espantosos, pues ya no gusta tanto. Y si a ello le agregas que en verano por ejemplo el sol sale a las 6:30 la mañana, el que te anden graznando un domingo a un metro de la oreja no es nada grato para despertarte. Otra mas, que si dejas el coche debajo el árbol, mas tardan los marditos urracos esos en cagártelo de cabo a rabo que tu en limpiarlo.
Otra desventaja importante es que al no ser árbol autóctono, sí aguanta los calores, pero no los fríos invernales, y aunque en esta región el frío es raro, sí nos pega de vez en cuando una heladica de un par de gradetes bajo cero; justo como pasó hace un par de semanas. La consecuencia es que al árbol se le queman las hojas y estas empiezan a caer, principalmente las de la parte alta y externa. Como ya comenté en una ocasión, aquí es responsabilidad de cada vecino el barrer el frente de casa, así que ahí estas barriendo como loco para que a la media hora hayan vuelto a caer otro montonal de hojas.
Ante ello el pasado fin de semana tomé una decisión drástica... no joer, no tanto, no lo corté. Lo que hice fui subirme al árbol para tirar el mayor número de hojas posibles, mas que nada para que caigan de una vez en lugar de estar cayendo por los próximos tres meses. Pues ahí me tienes, encaramado entre las ramas y moviéndome con mas soltura que Chita (pal que no sepa, Chita es la mona de Tarzán); agitando estirando las ramas que veía mas quemadas para tirar las hojas. Los vecinos se me quedaban mirando con cara de "y este loco que hace", pero que les den por saco, pensaba yo, luego me reiré de que ellos siguen barriendo hojas mientras yo tengo mi cacho de calle limpio.
Claro que el tirar hojas era la parte divertida del trabajo, luego viene el arrastrar la escoba y juntar las hojicas. Al principio bien, le das duro a la escoba, pero después de un rato empiezas a sentir como unos dolorcillos en las manos; no será por falta de costumbre, porque me toca barrer seguido, pero me salieron ampollas, y es que la cantidad a barrer era importante. Ya que tienes las hojas todas juntas toca meterlas en bolsas de basura, no vaya a ser que el Dios Eolo se suelte un peo y me las desparrame otra vez. Parece mentira, pero a pesar de que aplasté las hojas dentro de las bolsas, llegué a juntar cuatro bolsas grandes. Ya después a ponerlas junto al árbol en espera de que el de la basura se las lleve.
Aunque no lo creáis la operación me llevó unas tres horas. Después de tol trabajo fue menester el meterse a bañar, que, a pesar de subirme al árbol con gorra, me salió del pelo un montón de porquería, pedacicos de hojas, ramas y ya pensé que hasta algún pájaro me iba a salir (menos mal, porque le hubiera tenido que dar la razón a mi madre que siempre me decía que tengo pájaros en la cabeza).
Al terminar de bañarme salí a ver con orgullo mi trozo de calle comparándola con la de mis vecinos y; ¡Oh, desilusión! había hojas otra vez. Sí, menos que en el resto de casas, pero había otra vez unas cuantas. Y es que aunque yo quite casi todas, los árboles de los vecinos siguen soltando hojas;M luego los coches que pasan las van arrastrando de una zona a otra, así que tol trabajo no sirvió de mucho. Hoy, varios días después, todavía sigo teniendo hojas; menos que enfrente de las casas de mis vecinos, pero tengo que barrer cada dos o tres días si no quiero que mi casa parezca abandonada.
Ya si finalmete te quedas hasta las pelotillas (ombligueras o de las otras), de barrer hojas y limpiar cagadas de pájaros de tu coche; y decides cortar el árbol, tengo que decirte que el asunto no es tan fácil. Necesitas pedir permiso al ayuntamiento, y laexcusa de las hojas y caquitas no creo que te sirva como buena razón. Mucha gente corta el árbol sin pedir permiso y no pasa nada, pero si algún vecino te tiene un poco de tirria, seguramente le dará un toque a los del ayuntamiento, ellos mas prestos que nada te harán una visita pa ponerte una bonita multa.

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