Revista América Latina

Profeco

Por Mexinol
Seguramente que a todos nos ha pasado eso de comprar algún producto o servicio y que este no cumple con lo que el vendedor nos prometió, lo primero que uno hace es irse de buenas maneras a la tienda con la idea de que nos lo reemplacen, en la tienda nos dan uno nuevo y todos tan amigos.

Lo anterior es la situación ideal, pero claro, si lo que compraste es un viaje a Benidorm con hotel de cinco estrellas incluido, y resulta que al llegar te das cuenta que al interior del hotel hay unos nubarrones de la leche porque tu no ves ni una sola estrella, entonces el reclamo no será tan amistoso. O si compras un frigorífico nuevo y te das cuenta de que debajo los champiñones empiezan a salir pitufos en bañador, pues ya no vas de tan buen humor a la tienda. O porque no, puede ser que nuestra empresa favorita, Pelotillas Ombligueras, reciba quejas porque la pelotilla que vendemos no era perfectamente redonda o su contenido en algodón era inferior al indicado en la etiqueta. Si aun en este caso el proveedor resarce su error entregando una pelotilla nueva, como que el cabreo se hace mas llevadero.
Lo malo es que Don Pelotillón a veces es un poco engreído y no le gusta reconocer que las pelotillas ombligueras salen mal, así que cada vez que un cliente llega a reclamar, el tío simplemente se esconde detrás del escritorio o pasa de ti como los del INEM pasan de ayudarte a encontrar currelo. Entonces la idea ya no te resulta tan agradable y tu cabreo irá creciendo a medida que los de la tienda te van ignorando o te van mareando en espera de que la pelotilla ombliguera te aburra o que te olvides de ella y mejor te busques otro artículo diferente para poner en tu ombligo.
En un caso así uno se pregunta a quien puedo acudir ahora. Desconozco como sea el asunto en España, pero en México tenemos a la PROFECO (PROcuraduría FEderal del COnsumidor). Ahí puedes ir y poner tu queja de un mal servicio o producto. Para ello necesitas ir personalmente con la factura o recibo de compra y exponer tu queja por escrito. Una vez hecho esto, los de la Profeco llaman a Pelotillas Ombligueras y se busca un acuerdo entre ambas partes con intermediación de esta procuraduría. En principio suena muy bonito, yo hasta ahora no he hecho uso de esta institución, pero por comentarios de varias personas me dicen que con algunas empresas funciona bien, pero con otras es una total pérdida de tiempo.
En si la idea es que el representante de Pelotillas Ombligueras (es decir, Don Pelotillón) tiene que presentarse ante Profeco y explicar su versión de los hechos. Posteriormente ponen de acuerdo a comprador y vendedor para que lleguen a un acuerdo, si no llegan a un acuerdo, el comprador se jode y lo único que le queda es su mala leche en el cuerpo. La profeco emitirá un informe diciendo que no se llegó a acuerdo alguno por parte de los involucrados y se queda tan a gusto. Al final del día (o del mes, no se) hace un reporte donde indica cuantas personas pusieron quejas, cuantas empresas recibieron quejas, así como sus nombres para saber si pelotillas Ombligueras es digna de confianza o no; y en dado caso publican en la página de la profeco que Pelotillas Ombligueras tiene 4 millones de quejas por pelotillas defectuosas, de las cuales 20 se resolvieron a favor del cliente y 3 millones novecient... en fin, las que faltan, no se resolvieron. De todos modos si tu revisas la sección de alertas de la profeco, las empresas que aparecen son las grandes, porque esos nombres quedan chupiguay en la primera plana de los periódicos, no así Pelotillas Ombligueras que solo la conocen cuatro gatos y los ilustres lectores de este rincón (que queréis, trabajando en pelotillas ombligueras se me ha hecho costumbre el haceros la pelota).
Otro inconveniente suele ser que, por ejemplo en el caso de Pelotillas Ombligueras, como cada pelotilla vale 4 pesos (PVP) no merece la pena el andar yendo a la Profeco para demandarles a menos que hallas comprado un porrón de pelotillas.
PD: imagen pirateada de la página de profeco.

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